Canción nocturna
La noche es como una luz intermitente
que nos señala a veces un camino...
Hasta quizás es sólo un ángulo entre la vida y la muerte.
¡Silencio! ¡Escucha! ¡Ves! ¿Los oyes?
Sí, celebran su sinfonía nocturna,
parecen cantos evocando al amor
¿Tal vez sean, tan sólo llantos en el silencio?
Pero son también voces,
son como quejas a los hombres...
A ellos, sí, que son profanadores
y nada invictos de la noche.
¿No?
¿ Tal vez son unísonas llamadas de socorro?
¡A! Que canto tan profundo y melodioso...
Ves, ¿Los oyes?¿ Di los oyes?
Sí, no cesan de clamar en el silencio,
de expresar un canto universal;
sí, son dueños absolutos de la noche,
del silencioso lenguaje de las cosas …
¡Llaman! ¡llaman! Este es su llamado
sí.
¿Quizás a sus aliados los fantasmas?
¡No!, no.
¿Tal vez , a los hombres
¿Una queja les prodigan con sus cantos?
Sí.
Su melodía expresa un tañar de nostalgias
de cosas ya pasadas,
una perpetua exaltada forma o
modo de evocar a la noche...
La eterna noche de las cosas
¡Ay! que silencio nocturno tan veraz...
¿Ves, los oyes?
Sí. son ellos los amantes de la noche,
los perpetuos, los que captan
sus sonidos etéreos, distintos
son esas pequeñas vocecillas de grillos
cocuyos, hados amorosos,
casi sumergidos en la nocturna sierpe.
En fin, son ellos que avisan
avizoran de lo más intangible y sutil...
Hasta quizá paladean en la caja de pandora
¿Quién sabe qué pesares a los hombre
Beatriz Elena Morales Estrada © Copyright
Versión renovada
Este libro esta registrado en la unidad administrativa de derecho de autor
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