DE SILENCIOS
El silbo del sonido es un poema único
El silbo del silencio roza como filo mis
oídos
Como viento peregrino no cesa de rumorear
Suena el silencio y roza mis orejas
Como cuencas de mar hondo son ellas
Las horas segundos pisan mis talones
Y son casi como bandidos al asecho
Serpentean en mis ojos desvelados, agudos pensamientos
Pero no cesa el silencio, no, no cesa.
Y ni siquiera el inquieto y jadeante viento logra espantarle
No cesa el silencio, no, no cesa...
Y cuando las horas como bandidos alcanzan mis pisadas
Surge entonces velado y develado todo mi ser
Toda mi profunda nada
Que no es otra cosa que vuestra nada
¡Bendito silencio!
Como viento peregrino no cesa de rumorear
Suena el silencio y roza mis orejas
Como cuencas de mar hondo son ellas
Las horas segundos pisan mis talones
Y son casi como bandidos al asecho
Serpentean en mis ojos desvelados, agudos pensamientos
Pero no cesa el silencio, no, no cesa.
Y ni siquiera el inquieto y jadeante viento logra espantarle
No cesa el silencio, no, no cesa...
Y cuando las horas como bandidos alcanzan mis pisadas
Surge entonces velado y develado todo mi ser
Toda mi profunda nada
Que no es otra cosa que vuestra nada
¡Bendito silencio!
Beatriz Elena Morales E derecho
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de mi país © Copyright
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