LA NOCTURNA
Ha llegado la nocturna en su coche de estrellas
plagada de ojos, constelada la mirada
trae en si elocuentes recuerdos
el poeta camina de espaldas hacia el filo de la sombra
No hay versos en plenilunios
solo un suspiro evoca lo perdido
la estrella no titila ya
solo castañetean los dientes
Rastrillan agoreros los pasos perdidos
Se vuelven eco…
En lo cotidiano habitan
Efímeras son las palabras
cocuyos incandescentes alumbran
grillos taconean siluetas verdes
sombras de reptiles merodean
El poeta camina ahora
en círculos camuflados de guitarras
en la sombra levanta su mirada
ella constelada, apretada de estrellas lo seduce
Es la que envuelve el silencio
la que secreta esconde en su cuerpo
guarda en si el otro rostro que se parte
en su carroza se ira de nuevo
El poeta sucumbe ante su fragorosa medida
ahora va a ras de sus pasos…
Se ha ido ya de nuevo la constelada
Queda tiritando el que la nombra
siendo a su vez nombrado
se suelta la aurora bañando
en su inocencia el rostro del que canta
la que canta es ella
la habitante de vientres
sobre rostros cansinos
muere el poeta
en su nacimiento muere
al mirar evoca en si a la constelada
Cae el tiempo se desgranan
sombra voraz
ha regresado de nuevo en su carro
se ha desprendido del cielo la luna
nada termina…
El poeta muere
la poesía no muere
subyace como el fuego
continuación de un tiempo agonizante
deletreando palabras
poeta de penas
balbuceas en la frondosa
sombra voraz…
Ha llegado la nocturna en su coche de estrellas
plagada de ojos, constelada la mirada
trae en si elocuentes recuerdos
el poeta camina de espaldas hacia el filo de la sombra
No hay versos en plenilunios
solo un suspiro evoca lo perdido
la estrella no titila ya
solo castañetean los dientes
Rastrillan agoreros los pasos perdidos
Se vuelven eco…
En lo cotidiano habitan
Efímeras son las palabras
cocuyos incandescentes alumbran
grillos taconean siluetas verdes
sombras de reptiles merodean
El poeta camina ahora
en círculos camuflados de guitarras
en la sombra levanta su mirada
ella constelada, apretada de estrellas lo seduce
Es la que envuelve el silencio
la que secreta esconde en su cuerpo
guarda en si el otro rostro que se parte
en su carroza se ira de nuevo
El poeta sucumbe ante su fragorosa medida
ahora va a ras de sus pasos…
Se ha ido ya de nuevo la constelada
Queda tiritando el que la nombra
siendo a su vez nombrado
se suelta la aurora bañando
en su inocencia el rostro del que canta
la que canta es ella
la habitante de vientres
sobre rostros cansinos
muere el poeta
en su nacimiento muere
al mirar evoca en si a la constelada
Cae el tiempo se desgranan
sombra voraz
ha regresado de nuevo en su carro
se ha desprendido del cielo la luna
nada termina…
El poeta muere
la poesía no muere
subyace como el fuego
continuación de un tiempo agonizante
deletreando palabras
poeta de penas
balbuceas en la frondosa
sombra voraz…
Beatriz Elena Morales Estrada
Derecho de autor protegido
Colombia
Todo esta registrado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario