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Divagaciones Diurnas
¿En donde estará el detalle que no vemos?
¿Y en donde el reloj que marcara la hora exacta?
¿Qué nos pondrá a pensar de verdad en lo que somos y no somos?
… Mientras que un descuidado transeúnte camina entre calles
ruidosas y soleadas
¿Qué fue lo que dejaste caer?
Mientras tus pasos lentos unas
veces, otras rápidos ¿iban y venían?
Olvidando a lo lapidarios del mercado miras, miras y un mendigo disfruta del
patio de su casa, si el parque, en donde la escultural gorda de Botero, alza su
vuelo inerte de palomas y sin gaviotas a
su alrededor. ¡Total! ¡Que importa! Si en verdad es este o todos los parques del
mundo en los que cada humano es un exiliado, un huérfano, un mendigo y en donde
es posible que innumerables gordas o no
gordas inauguren su séptimo aniversario.
El metro que mide la ciudad y que hace temblar la calzada, el
asfalto y todo lo demás ya la ha atravesado por enésima vez y tú no te subiste
a él, no estuviste en él …
Entonces te arrodillas y ya luego saltas como un saltimbanqui , porque tus huesos han recobrado la flexibilidad que les faltaba. ¿Podrás volar acaso ahora? ¿Dilo? Grítalo a los cuatro vientos y deja que se pongan verdes los enanos que aborrecen tu cara.
Entonces te arrodillas y ya luego saltas como un saltimbanqui , porque tus huesos han recobrado la flexibilidad que les faltaba. ¿Podrás volar acaso ahora? ¿Dilo? Grítalo a los cuatro vientos y deja que se pongan verdes los enanos que aborrecen tu cara.
Beatriz Elena Morales Estrada
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