Caín
Te he mirado en la luna
te he mirado en la
montaña
te he mirado y te he visto en las calles
caminando y rumiando en celos de venganzas
has matado a Abel y
lo seguirás matando
¡oh Caín! te he visto sobre pavimentos
y sobre llantas reinantes en carreteras de polvaredas
tus caídos ojos
mirando de soslayo y al oculto
escupiendo el rostro del otro
¿qué no ves que es el tuyo?
¿que no has visto tu rostro en el espejo?
mientras Abel tu hermano yacía
y has dicho; ojala y que se muera
y has dicho y no mátalo un carro
miserable Abel ¿Por qué has nacido?
¿Quién lo vera?
mordiendo y acechando
en la noche
tus dos ojos como cuevas de víboras
lapidarios y sin sueños
desde cuevas y madrigueras has tramado
tanto has torcido tu cara como arruga
y has retorcido tus labios y tirado con rabia las puertas
¡Hay Caín! has matado a tu hermano…
Y alguien te ha visto, si
caín lamiendo la sangre de su sangre
limpiando el mierdero
de tus pasos
quitando el estorbo de tu camino
el obstáculo único que te separa de él
de ti mismo Caín, de
ti mismo
y sin embargo has derrengado su cuerpo
lo has orillado para que no vea, para que no respire, para
que no sea
y a veces innecesaria ha sido un arma
tus palabras y tus gestos lo han hecho
basto tu mirada y tu mirar retorcido
y después has ido a buscarlo y te has visto en el espejo
y lo has encontrado, lo has visto otra vez
y ni siquiera cuenta te has dado.
Beatriz Elena reservados © Derechos todos.
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