Brevedades
La
rosa, la forma y la esencia
Y
si amas la rosa, tus ojos, se dejan caer sobre de ella con ternura
Y
si amas la rosa, acaricias sus pétalos
con ahínco, con fervor.
Y
la contemplas con tu mirada, como temiendo dañarla, hasta con el roce de tus
dedos
La
miras y para ti, es un prodigio sin comprender.
Y
con suavidad tenue, tu mano se desliza y sientes, el punzón de algo que rompe tus carnes.
Y
entonces sueltas la rosa con brusquedad, asustado y herido y te concentras, en la
gota de sangre que sale de tu dedo.
Es
decir, solo piensas en ti, en tu
afición, en tu ego.
Horrorizado te miras
y no te has dado cuenta, que has
lanzado a la rosa al suelo, en donde luce ajada, golpeada
y abandonada…
Tú,
que temías hacerle daño ¿Acaso iluso no te has dado cuenta, que ya se lo has
hecho, al lanzarla lejos de ti?
Porque
si amas a la rosa, debes aprender a
amar también sus espinas, son tan
pequeñas…
¿Qué
es una gotita de sangre en tu dedo comparado con
la belleza de la rosa?
Es
porque piensas, que la perfección de la
rosa esta, es en su forma,
pero
la belleza de la rosa, no solo está en
su forma, sino también en su esencia ,
en sus pétalos; en ello radica su perfección…
¿Iluso, no te has detenido a pensar que sin las espinas, la rosa,
no es menos perfecta?
Las
espinas, son parte de la perfecta
armonía de la rosa…
La
protege.
He
ahí, el secreto encanto de las cosas.
De manera tal,
que la rosa, en apariencia, es
solo la representación de la forma, y la
forma lo es, de lo multiforme.
La forma misma, es lo frágil y más allá de lo
visto o lo que representa, está la
esencia y la esencia es Dios.
Y que así como la imagen, que tus ojos
contemplan, es solo una representación del pensamiento; así la rosa,
es solo, la representación
efímera de aquello, que realmente es…
Pero
un ser prosaico, jamás se detendrá a
pensar en estas cosas, solo querrá
desflorar la rosa o destruirla y ya.
Y
quizá, un ser culto ¿Pero qué tan culto?
Mejor sería decir; un ser sensible, tierno,
se detenga a pensar en ello… Solo,
tal vez.
Ni
un poema y menos una prosa, definen lo que es perfecto, pero
sí, es, al menos, un roce, una caricia, que acerca la ternura…
Y
que lleva a sentir la grande presencia y sí,
eso es una rosa
¿Qué pues podrimos decir de ti humano cuya
semejanza, debería acercase a la de Él
en tu hacer, en tus acciones? Pero lo niegas en su totalidad.
Lleva
la rosa en tu corazón, te ayudara a
encontrar tu verdadera esencia; pero
recuerda, que no es la rosa, que tan solo
es una forma, de las formas, y hay tantas formas, tantas, comenzando por
ti y así, en el otro, en los otros, aprenderás a ver, esa magnífica presencia,
que no se basa en lo aparente, o en lo intrascendente del momento; sino
en hallar lo que realmente Es.
¡Quita
tu ceguera y ve más! Mira más allá de tu
nariz.
Beatriz Elena Morales© Estrada