“Inaugurar”
Dos bocas y una lengua fueron suficientes para
inaugurar la vida,
Una lengua y dos bocas, el
pedal de una bicicleta, las flores del jardín o de los jardines…
El árbol que está sembrado en el parque o en los parques, las bancas y las manos que se juntaron para
hacendosamente hacer una casa, los ojos
que se miraron, la diáfana e inocente mirada
de los niños, las golondrinas que al atardecer se desplazan, el agua que se descuelga de las nubes
oscuras y la radiante esfera solar…
Dos bocas y una lengua, una lengua, un lenguaje,
una palabra y unos dedos, entre
una mano que se mueve al unisonó,
con el movimiento de las cosas, fueron
más que suficientes, para inaugurar la vida, la dicha de un poema que se gestó
en el tica tac de un corazón, que no
quiere morir…
Solo eso y nada más. ¡Nada más!
Beatriz
Elena Morales Estrada ©
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