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jueves, 22 de octubre de 2015

LA COSA DE LA SALUD. AGOBIOS DE AGOBIOS





LA COSA DE LA SALUD                    
AGOBIOS DE AGOBIOS

 Las 5 de la mañana para unos, para otros las seis o incluso  desde antes , desde mucho antes
A medida que avanza el día, el calor es impresionante, sofocante, el cansancio, la fatiga todas esas cosas juntas; o a veces la lluvia que cae  inclemente sobre estas personas,  que permanecen de pie haciendo una inmensa cola, fila, larga. Todas pertenecen al sector de la salud del sisben, o sea a una población más vulnerable, con menos recursos  económicos. Adentro todo está repleto, pareciera que la fila se eterniza, casi no se mueve,  siendo así,  la mayoría de las veces.  Tres de la tarde aproximadamente (3). Se sigue esperando,  hasta que te toque el turno en que las empleadas reciben los papeles,  para que puedas reclamar las medicinas. Pero,  por cualquier cosita, a veces,  ni valida siquiera,  te devuelven con las manos vacías, ni imaginar lo que se siente; te sientes como un pobre perro, vapuleado  y tienes que regresar  a casa  con las manos vacías y la cola entre las patas y después de semejante filononôn. ¿Válgame Dios que si? y quizás en ayuna, apenas con un trago de café, sin desayunar, sin almorzar, en fin ¿Pero es que a alguien le importa? Las empleadas, casi siempre de mal humor por tanto trabajo acumulado, estrés o sencillamente,  porque se les pega la gana. Que falta de planeación desde arriba, desde los que tienen la sartén por el mango. La mayoría son personas mayores y también de l tercera edad-, en ese caso ambas filas se hacen insostenibles. Tu ves esos rostros, esas caras  y de  todo, de todo pasa por ellos angustia, mucha angustia,  impotencia , rabia, ira, de todo y finalmente una mueca de resignación. Para los que contaron con la dicha de recibir  el ficho de entrega de la medicina en cuestión, sigue otra espera; entonces la mirada se centra se clava en un tablero , en donde va a aparecer el número de ficha que te toco.  Pero igual, de repente, miras y miras y ves que hay un número de ficha,  que no se mueve; las tres y media, las cuatro; para estas alturas ya el cuerpo todo,  esta deshecho. Una sensación indescriptible,  es la que te atraviesa de lado a lado; tenaz, tenaz. Al final, sales renegrido; son ya las seis de la tarde, llevas la medicina a casa. Qué odisea.
Estamos en tiempo de elecciones, los políticos andan haciendo campañas, los mismos , con las mismas, el mismo cuento. Y la salud está fregada, refregada  en todo el país, cierre de hospitales, mala atención, mala calidad ¿No hay recursos? ¿A dónde pues se va todo el dinero que acumulan ellos? Dinero de los impuestos también; ¿A dónde va? OjalA  y no se les olvide; que la salud , no es una mendicidad es un derecho del pueblo todo y de los ciudadanos en general.

   Beatriz Elena reservados © Derechos todos.



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