LA COSA DE LA SALUD
AGOBIOS DE AGOBIOS
Las 5 de la mañana para unos,
para otros las seis o incluso desde
antes , desde mucho antes
A medida que avanza el día, el calor es impresionante, sofocante, el
cansancio, la fatiga todas esas cosas juntas; o a veces la lluvia que cae inclemente sobre estas personas, que permanecen de pie haciendo una inmensa
cola, fila, larga. Todas pertenecen al sector de la salud del sisben, o sea a
una población más vulnerable, con menos recursos económicos. Adentro todo está repleto,
pareciera que la fila se eterniza, casi no se mueve, siendo así,
la mayoría de las veces. Tres de
la tarde aproximadamente (3). Se sigue esperando, hasta que te toque el turno en que las
empleadas reciben los papeles, para que
puedas reclamar las medicinas. Pero, por
cualquier cosita, a veces, ni valida
siquiera, te devuelven con las manos
vacías, ni imaginar lo que se siente; te sientes como un pobre perro,
vapuleado y tienes que regresar a casa
con las manos vacías y la cola entre las patas y después de semejante
filononôn. ¿Válgame Dios que si? y quizás en ayuna, apenas con un trago de
café, sin desayunar, sin almorzar, en fin ¿Pero es que a alguien le importa?
Las empleadas, casi siempre de mal humor por tanto trabajo acumulado, estrés o
sencillamente, porque se les pega la
gana. Que falta de planeación desde arriba, desde los que tienen la sartén por
el mango. La mayoría son personas mayores y también de l tercera edad-, en ese
caso ambas filas se hacen insostenibles. Tu ves esos rostros, esas caras y de
todo, de todo pasa por ellos angustia, mucha angustia, impotencia , rabia, ira, de todo y finalmente
una mueca de resignación. Para los que contaron con la dicha de recibir el ficho de entrega de la medicina en
cuestión, sigue otra espera; entonces la mirada se centra se clava en un
tablero , en donde va a aparecer el número de ficha que te toco. Pero igual, de repente, miras y miras y ves
que hay un número de ficha, que no se
mueve; las tres y media, las cuatro; para estas alturas ya el cuerpo todo, esta deshecho. Una sensación indescriptible, es la que te atraviesa de lado a lado; tenaz,
tenaz. Al final, sales renegrido; son ya las seis de la tarde, llevas la
medicina a casa. Qué odisea.
Estamos en tiempo de elecciones, los políticos andan haciendo
campañas, los mismos , con las mismas, el mismo cuento. Y la salud está fregada, refregada en todo el país,
cierre de hospitales, mala atención, mala calidad ¿No hay recursos? ¿A dónde
pues se va todo el dinero que acumulan ellos? Dinero de los impuestos también;
¿A dónde va? OjalA y no se les olvide; que la salud , no es una mendicidad es un
derecho del pueblo todo y de los ciudadanos en general.
Beatriz Elena reservados
© Derechos todos.
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