UN MENSAJE DE VIDA. De la vida. Del amor
Acuérdate que no estas solo; que existen otros seres, muchos.
Hombre, la tierra no fue creada para ti solamente; es de todos
y para todos; mira a tu alrededor, están las aves, los pájaros y los animales
de todas las especies, la naturaleza en su totalidad. Deja entonces tus egos a
un lado, mira como desencajan tu mandíbula, esa que se tuerce en tu
maldad.
Es tiempo aún de hallar al señor, de hallar lo que es la riqueza mayor
el manjar de la tribu de Israel; deja de lado tus odios, tu codicia y tu avaricia y funda una nueva tierra, para
que la puedas habitar en conjunto con todo lo que vive, en el reino animal y
vegetal. Por eso cuando construyas tus
casas; no las construyas para ti solamente, se benigno; acuérdate que la tierra
que pisas no es solo tuya, es de todos; construye también casas para ellas, las aves y no tales los árboles; ni estés acabando con
tu casa; no te jactes de nada.
Deja de lado; ese reino inferior que te mantiene prisionero y abandona esa
bestia voraz que te consume; esa bestia humana que a ti mismo te devora.
Depende de nosotros ¿Qué quieres hacer entonces del planeta tierra?
¿De tu mundo?
¿Seguirás haciendo de tu lugar
un infierno? De seguro que tu orgullo y prepotencia; te harán creer
estúpidamente que puedes hacer lo que se te venga en gana; ¿pero qué harás
cuando venga la quinta luna? ¿Cuándo la tierra en su movimiento planetario
atraviese el lugar del encuentro álgido? De seguro perecerás te digo tú, y toda
tu malvada simiente. Sí, sin duda, tu espíritu de maldad no pasará, no, no.
Entonces has estado y estarás siempre fuera del único.
¿No entiendes que el único, el uno es el creador y el creador es amor?
Despierta hombre; ya deja de lado tu maldad; ese ego que te retuerce tu
mandíbula.
Beatriz Elena reservados
© Derechos todos.
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