Entradas populares

domingo, 3 de enero de 2016

LA CIUDAD Y YO


            

                                       

   LA CIUDAD Y  YO


ESCENA 1
Estaba observando,  la camioneta blanca estacionada en frente,  del almacén de revelado  fotográfico y el sol que caía  sobre de ella, como un fuego; se la veía  iluminada, debido a la potencia  de los rayos solares,  y de repente Zúas,  sin medir espacios y momentos  la lluvia comenzó a caer y pese a la  fuerza del sol, abarcándolo  todo. Este se fue desvaneciendo  lentamente y todo,  en una fracción  de segundos ; de modo,  que el espectáculo se hizo casi mágico,  ante mis ojos   y poco a poco la lluvia ocupo su lugar, llevándose los rayos de sol, hasta emparejarlo y convertirlo  todo, en una atmósfera gris ; quedando nivelado el ambiente hasta hacerse frío y opaco…

La dueña de la camioneta,  que estaba dentro del almacén ; por cierto salía y   entraba constantemente, hasta que,  en una de esas salidas,  se quedó quieta mirando a  su casa, que  ya no tenía al sol como su dueño y soltó, dejo salir esta expresión ; hay, está lloviendo sobre mi casa y así era,  como ella , llamaba a  su  camioneta…

LA CIUDAD Y  YO
ESCENA DOS

Permanecía sentada ; desde las seis  y media de  la mañana; y estaba sola, nadie aun invadía la sala  de espera y los consultorios se hallaba cerrados todavía.  Solo las puertas de color café, como mudos testigos , que solo la gestionaría, la silenciosa  sucesión de cosas abrirá.   De repente y poco a poco, todo se llenó,  como un mundo de voces que se recogen en un sola, aun cuando,  estuviese conformada por sonidos varios  a su vez. Pareciera ser,  que los calzones del movimiento se impusieran,  para no desparramase,  sobre las sillas aposentadas en la  amplia sala.
Pero de a poco,  esas cosas que se hicieron ruidosas  fueron compatibles con  los rostros ; los gestos; los gestos que se trataban, se retrataban  como huella indelebles de  la  existencia de  los seres , de esta parte de la humanidad ; flujos de voces de un tono gris, pero cadencioso,  acorde a la existencia misma. ¿Quién sabe cuáles serían exactamente sus diferentes asociaciones y pensares,  en la cavilación misma de las mentes? Total,  eso no está tan importante, cada quien sabrá de su asuntos…
 Lo interesante era,  que aquí estaba la forma de las mil formas  y de algún  modo u otro la constante en su  dolor, o en sus alegrías y problemas se sentía con fuerza;   de alguna manera, éramos  y somos individualidades partidas,  como un oficio dentro de   cada hacer… Y allí estábamos, atamos y partículas rasgados, hasta el pecho hondo del lama humana, ocupando un lugar en el espacio mundo que nos tocó vivir.
Era pues ese un murmullo elocuentes del sentir humano, de una sociedad tal arraigada en un sistema de salud, que unas veces correspondía a sus necesidades,  pero que en la mayoría de los casos; la veces,  interrumpía su tratamientos y su medicina a favor,  de unos cuantos politiqueros,  que se repartían el botín,  cuando llegaban las elecciones de candidatos; bien sea concejales,  o de lo que fuera; manejando la sartén por el mango.
Beatriz Elena reservados © Derechos todos





No hay comentarios: