“De la lluvia”
La lluvia se comió
las tostadas y las reservas que tenía guardadas par mi
Pero era que la
lluvia, tenía tanta hambre que siguió
comiendo y comiendo, sin parar; tanto es
así, que hasta se comió el pavimento
también, las ciudades, los montes, los
valles y los humanos, que más podía tragar.
Comió y comió tanto; tanto
hasta que ya, no pudo más, y se infló y el viento la acorraló y se la llevó muy alto.
Entonces, cuando el
viento se cansó, de jugar con ella, la dejo caer y esta se estrelló con tanta fuerza, que cayó aún más lluvia del
cielo, si, como lágrimas que no paran casi nunca.
Y así, hasta que el
tiempo pasó.
Sí.
Beatriz Elena Morales@ Estrada
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