BEATRIZ ELENA MORALES ESTRADA BEATRIZ ELENA MORALES ESTRADA ISBN 958-33-3042-b 978958333o421
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lunes, 6 de marzo de 2017
domingo, 5 de marzo de 2017
TRES DÍAS
TRES DÍAS
la mujer , se levantó como siempre, para ir a trabajar en casa de la patrona , vivía en un barrio lejos , al otro lado de la ciudad, se
quitó la pijama , no tomo los tragos, lo
haría, cuando saliera de la
ducha, se metió al baño y quizá, hizo sus necesidades y después entró a ducharse, se aferró a la llave, para abrirla…
Los vecinos,
no se percataron de nada ¿Por qué
habrían de hacerlo? Poco o nada les importaba, nada les venía;
solo la patrona, estaba
preocupada y habían
transcurrido tres días
¿Qué raro?
Berta es muy responsable y han transcurrido tres días y nada, que viene a trabajar.
Al principio pensó, que era una bobería; pero cuando pasaron los
tres días se acordó que Berta vivía sola…
Llamó por teléfono y este repico y repico y nadie contestó,
tendré que esperarla o conseguir otra mujer que haga la
limpieza.
Una prima de otra ciudad llegó a la casa de Berta y toco y toco
y nadie le abría, llamó a la patrona,
esta,
dijo, son tres días , tres días
que no viene y pensó, llamar a la policía, la policía solo le dijo,
que pusiera la denuncia, por desaparición o que esperara a ver…
Por
suerte, un conocido, era bombero y paso
por allí y le conto y este le dijo;
espérate a ver yo llamo, al cuerpo de bomberos, a ver que
me dicen; ve hombre, por ser
vos, te hacemos el favor, estamos
muy ocupados, para ir a tumbar puertas ;
pero como a las horas llegaron y abrieron la puerta; la prima se entró, las
luces estaban encendidas , la busco
en todas partes y el último sitio, en donde la busco, fue en el baño , se metió hasta la ducha y allí la encontró, desnuda, de pie y aferrada con
las dos manos a la llave , sostenida…
Espantada retrocedió y los hombres
corrieron hasta allá, Berta
estaba de pie, rígida aferrada
a la llave del agua.
Beatriz Elena
Morales Estrada© Copyright
LA PUESTA EN ESCENA. LA PESADILLA
LA PUESTA EN ESCENA. LA PESADILLA
Por amor de Dios Gina ¿Cómo quieres que no te mire? Si acabo de estar contigo. Decía el hombre, fingiendo que, lo que había sucedido, obedecía a un acto consensuado, entre Gina y el.
Por amor de Dios Gina ¿Cómo quieres que no te mire? Si acabo de estar contigo. Decía el hombre, fingiendo que, lo que había sucedido, obedecía a un acto consensuado, entre Gina y el.
Junto a la cama, cubierta
por una sábana blanca, para tapar el
desorden, ella reía divertida; al menos
eso, era lo que parecía.
Pero no, no es así, su hilarismo, se debía a que no pudo soportar semejante
humillación.
Las otras mujeres y el
hombre, que al escuchar los ruidos, habían subido apresuradamente; observaban en silencio, eran casi como
imágenes sostenidas.
Su hija Carla, se puso de
pie, al oír al hombre, decir estas palabras; entonces, para sorpresa de todos, ella, Gina, se levantó con tanta rapidez, que nadie, tuvo tiempo de pensar en nada y se lanzó por la ventana.
Tan inesperado fue todo,
que nadie pudo tan siquiera evitarlo.
La ventana,
tenía suaves cortinas blancas como seda. Abajo los carros azuzaban
pitando a todo dar, las gentes caminaban amontonadas, presas de su propio peso.
Entonces el hombre dijo, el otro, el que
estaba allí, sin ser visto ¡Qué espectáculo! Prefirió arder en sus propias
llamas, antes de sufrir el oprobio al que fue expuesta.
Su hija, miró al hombre y pensó, qué extrañas sombras
le cubren el rostro. Pero reaccionó, con
rapidez al ver a su madre, arrojarse por
la ventana, intento agarrarla y presa de
la desesperación, tomó al hombre,
al violador de su madre y este seguía riendo, en ese momento llegó la
policía y Carla en forcejeó con él, y el hombre , el que parecía tener extrañas
sombras; el promotor de todo , el que
disfrutaba mirando; la agarro de las
manos iba a lanzarla cabeza abajo , pero una bala, pegó
Si está bien, lo había olvidado, démelo, ya le traigo el dinero;
el hombre miro adentro como desnudándolo
todo; empujó la puerta; pero en, ese momento apareció Gina. El hombre
la miro
riendo, y tenía sombras en la cara; es el mismo pensó Carla; esculcó los bolsillos de su panty
short u y le dijo tome, quédese con el vuelto y tomo a su madre y la empujó a hacia adentro y cerró
en la cara del tipo ; desde adentro lo escucho alejarse y su
risa estridente; Gina la mira y se encoge de hombros . Estoy muerta dice y se dispone a
irse a la cama, su habitación y la ventana,
tenía suaves cortinas blancas como seda…
Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright
Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright
EL VIAJE Y LA OBRA
Ella regresó del viaje, por la
nocturna cuesta del sendero marcado. Ascendió por la colina y diviso los valles y
las planicies y a lo lejos, las
ciudades resplandecientes…
No obstante observó, que los primeros rayos del amanecer,
se acercaban; contrastando así y
de algún modo, el verdor de esa
tierra, con el azul, entrelazado en tonalidades
rojizo y naranja de esas horas.
Ella, que siempre se había arropado con la noche y vestido con lluvias que humedecían su lecho; por cierto estaba
cubierto de hojas blancas, verdes y rojas, se quedó yaciente por el cansancio y
así, la encontró el sol destructor del
medio día, que atravesó sus párpados, dando escandalosamente en su rostro y
partiendo sus labios, que quedaron resecos por la exposición a tan bravo fuego y
de su garganta reseca, surgió un grito
de sangre y de muerte ¿O quizá ese grito
significaba otra cosa? Pero aún, no era posible que eso, significara vida, a pesar de eso, de todo; todo era oscuro,
muerte, casi eterna; ya que ella, no se
libraba aún, y en esa dura batalla contra la sombra, sombra que abría
sus fauces para tragársela, Estefanía, supo, que en cualquier monto
sobrevendría la dicha; pero hasta este momento, hasta ese entonces,
continuaría oculta en la
rocosa pared, entrelazada por así decirlo, con la parturienta oscura y
ya no habría lugar, para que una cosa se
confundiera con la otra; ahora ya
sabía, que las dos, no tendían,
hacia un mismo fin, un mismo objetivo; pero ella debía de ser objetiva, en ese momento y resguardarse contra
la innombrable, para así poder perpetuar la vida, la que deseaba, ya que es
fuente magnánima ; algo se lo gritaba
adentro, y de esa magna y sideral quería beber, hasta embriagarse, pero
de felicidad, de alegría, hizo un
esfuerzo sobre humano y se inclinó,
quedando sentada y luego se hecho hacia un costado , rodando, buscando la parte cobijada por los árboles , allí esperaría su llegada, pero ya no tenía las manos
vacías, estaba buscando, tenía un ideal, como punto de apoyo, entre un sueño
volátil y casi etéreo pero sabía que si
lograba fundir espíritu y materia, tal y como se aferra el hueso a la carne, y
además intentando, dar la pincelada final, esa que diera un matiz único, dorado, un color buscado y no buscado , para así
terminar ese cuadro, esa pintura más
significativa, ese ideal, mas no idealizado , porque no era una fantasía, era
la realidad ; esa, que es
imperceptible, al mundo de los sentidos
, la que profanos no reconocerían como
tal, porque se hallan constreñidos a lo que está delante de su ojos…
Sí, ella regresó del viaje y tan solo, para retomar de nuevo el camino, estaba ya, en
el punto de encuentro máximo y
comprendió, que siempre habrá un
comenzar de nuevo, un renovarse, un levantarse
de una muerte, tras otra
muerte y solo se termina para mirar otra vez
y desde un ángulo diferente . Boca abajo, oculta; así la encontraría de
nuevo la parturienta oscura y entonces,
se levantó y grito Eureka; si, la lucha es ardua, hay que seguir andando, no me
puedo detener ¿En dónde estará el tesoro
que el viejo pirata robo en alta mar y
luego escondió? Lo buscaré se dijo ¿Pero hasta cuándo? ¿ hasta cuándo?
Hasta
encontrar un punto de apoyo, un punto de apoyo, entre el tesoro y yo y y0oooo
Sí, ese
será el punto, que hará, que la pincelada mágica encuentre ese contraste, entre la sombra y la luz, entre la noche y el
día, entre mi conciencia y yo ¿y yo?
Y cuando llegó la parturienta, con sus fauces de loba, y sus hienas
fulgurantes de emanaciones
podridas y de
fétida saliva; dispuesta a
tragarse, hasta el último fragmento de la sustancia que emanaba de ella, Estefanía estaba ya de pie, en lo alto,
recreándose con su obra y justo,
justo en ese momento, ya había trazado
la pincelada mágica...
Y ante el
grito de Estefanía, de ¡Eureka! No le quedó
más remedio, que retroceder disminuida,
por ese grito, que la conturbó
y la llenó de rabia, pero nada podía
hacer …
Beatriz Elena
Morales Estrada© Copyright
sábado, 4 de marzo de 2017
jueves, 2 de marzo de 2017
LA MUJER LUNA
LA MUJER LUNA
Vea, lo que pasa es que si tocamos ese
cablecito de teléfono y luego lo pelamos, nos vamos a dar cuenta de
cuál es la conversación que se va a dar aquí y la persona que escuche esa
conversación tendrá poder sobre usted. Eso era lo que me decía la mujer que
estaba a mí lado, junto a mi cabeza, cerca de mi cuerpo, entonces se reía un
poco con mucha alegría porque eso le iba a tocar a ella. ¡Pero qué va! yo no
iba a ser tan pendeja, para dejar que robaran mi cablecito de teléfono y
sostuve una conversación secreta con alguien que llamo más mi atención, se
trataba de una mujer más poderosa, que llegó justo en ese momento.
Era algo así como una maga blanca. De inmediato me atrajo sin siquiera tocarme, de manera tal, que la seguí por toda la ciudad, en ningún momento toco el suelo y se elevaba cada vez más y más alto ascendiendo por entre la neblina gris, que cubría la ciudad. Desde aquí abajo yo la seguía y a mí alrededor todo era caos. No obstante logré elevarme aunque siempre detrás y un poco más abajito, siempre más abajito de ella.
Subimos más arriba, incluso por encima de los edificios. Entonces me dijo; la luna se pondrá roja, al decir esto se elevó más y más, hasta, hasta que al fin llegamos a un lugar muy alto; entonces pensé, de seguro ella va a quedarse en esta ermita. Pero no, no fue así , no porque ante mis ojos se fue convirtiendo en una lucecita muy lejana, lejana y cuando ya estaba a punto de irse para el cielo, se convirtió, en un perrito hecho de rayitos de luna , corrí y corrí tras el perrito y aquí fue en donde apareció una mujer rodeada de mucha luz, muchísima luz y en tono de mando , pero sin nada de repelencia , me dijo; tráigame ese perrito , que es mío. Así que lo cogí y el perrito lo que hizo fue enroscarse a dormir, se veía tan tierno como un peluchito y le toqué su hocico acariciándolo y puse su trompita junto a mi ojo derecho. Comprendí que la mujer luna, no se quiso ir y se quedó conmigo bajo la forma de un perrito. Cuando ella se iba a ir para el cielo, observé que Dios la estaba esperando para que se fundiera en Él, pero la mujer maga se enredó en una cuerdecita de plata y se devolvió un poquito más abajo y ahí fue en donde se convirtió en un perrito hecho de rayitos de luna.
Era algo así como una maga blanca. De inmediato me atrajo sin siquiera tocarme, de manera tal, que la seguí por toda la ciudad, en ningún momento toco el suelo y se elevaba cada vez más y más alto ascendiendo por entre la neblina gris, que cubría la ciudad. Desde aquí abajo yo la seguía y a mí alrededor todo era caos. No obstante logré elevarme aunque siempre detrás y un poco más abajito, siempre más abajito de ella.
Subimos más arriba, incluso por encima de los edificios. Entonces me dijo; la luna se pondrá roja, al decir esto se elevó más y más, hasta, hasta que al fin llegamos a un lugar muy alto; entonces pensé, de seguro ella va a quedarse en esta ermita. Pero no, no fue así , no porque ante mis ojos se fue convirtiendo en una lucecita muy lejana, lejana y cuando ya estaba a punto de irse para el cielo, se convirtió, en un perrito hecho de rayitos de luna , corrí y corrí tras el perrito y aquí fue en donde apareció una mujer rodeada de mucha luz, muchísima luz y en tono de mando , pero sin nada de repelencia , me dijo; tráigame ese perrito , que es mío. Así que lo cogí y el perrito lo que hizo fue enroscarse a dormir, se veía tan tierno como un peluchito y le toqué su hocico acariciándolo y puse su trompita junto a mi ojo derecho. Comprendí que la mujer luna, no se quiso ir y se quedó conmigo bajo la forma de un perrito. Cuando ella se iba a ir para el cielo, observé que Dios la estaba esperando para que se fundiera en Él, pero la mujer maga se enredó en una cuerdecita de plata y se devolvió un poquito más abajo y ahí fue en donde se convirtió en un perrito hecho de rayitos de luna.
El perrito
En homenaje a YL
Ocurrió de pronto una noche, hace ya
muchas lunas; cuando escuche su voz
hablándome y viendo él, como yo
me recreaba en el perrito, me dijo, yo
hice, este perrito de un modo descuidado
y lo hice del barro de mis dedos…
Pero nunca como una náusea o como algo
sucio no…
Sino como aquel peluche vivo, que exhala ternura y del cual quiero que te
recrees,
sin por ello ensalzarte; tú el hombre cuya superioridad, no es más grande que la de este pequeñín, que se hecha a los pies y no fue hecho , para que tú lo desdeñes,
Beatriz Elena morales Estrada ©
Copyright
ASTRID
ASTRID
BOBERÍAS
RAZONAMIENTOS FUERA DE TONO Y
CON TONO.
Bueno la
verdad es que acabo de
llegar, de hacer una de mis caminatas o rondas o como quieran decir. Pero no,
esto está más duro, no me fue nada bien, nadie se hizo tomar una foto. Y a veces se me acerca uno que otro
parroquiano, para saludarme o contarme algo, entre ellos, este personaje
de la vida real, Astrid, que me dice hola Beatriz ¿Cómo estás?
Ven yo te digo algo, vos conoces un
viejito que es muy andariego, que vive más abajito,
así, claro que lo conozco, es muy formalito; y
muy enamorado agrega ella, ji, ji, ji, si claro yo lo conozco ¿Por qué? Pues imagínate,
que ese padre de allí, se puso a decir en el púlpito, que no se
juntaran con ese viejo, porque se mantenía haciéndose la paja en la calle. No fragües,
con que eso dijo, sí imagínate ¿Qué clase de padre es ese? Pero no boba, como
te parece, que yo me subí al
púlpito y le hable a la gente y les dije levanten la mano el que haya leído, la
palabra de Dios y nadie la quiso levantar y yo les dije, no les de miedo,
que de aquí, nadie los puede echar ¿O es que les da miedo? Qué clase de
padre es este, que se la pasa tomando trago y andando con muchachas a las
tres de la mañana? ¿Oye y
cuántos años es que tiene el padre? Yo no
sé, ese viejo, no ves
que fui a que me pusiera la santa ceniza y me dijo váyase de aquí, no joda
tanto y después me llamó y me dijo, señora venga pues, yo se la pongo; le
dije señora, no me diga así, que yo no soy ninguna señora. ¿No te gusta que te
digan señora? No, me gusta, es que, me digan
señorita; aaa ya; y
ponerme pues cuidado, ese día yo
les dije ¿Qué clase de padre es este? ¿Cómo
se llamó nuestra primera
madre? Pues la virgen María; aja
¿Y entonces? ¿Y quién fue la
virgen María? Pues mija, la Virgen, fue una sinvergüenza ¿Por qué dice eso?
Pues
porque, tuvo un hijo estando soltera, la biblia explica eso, que por obra
del espíritu santo, estaba soltera y fue una sinvergüenza. ¿Y solo por eso fue una
sinvergüenza? Sí, no ves,
que tuvo un hijo estando soltera. Ella fue nuestra primera madre. (Pausa)
No
mija, ese padre es así, yo me la paso peleando con él, y como te parece,
que cuando salió, toda la gente de la iglesia, hay si iban rajando,
yo me los pille y allá adentro, no quisieron decir nada, hay sí, se
quedaron callados.
Ese padre
tiene ese vicio ¿Vos te acordás, cuándo mataron a las mellizas? Ese padre,
era diciendo, que las habían matado, porque se las comían,
hay en la cancha esos hombres a
las tres de la mañana y ellas, lo daban por cualquier centavo y que les daban por delante y por
detrás y por eso fue que dijo que no le creyeran a las hijas, porque eran unas
putas y allí fue donde
pensé ¿Quién es nuestra primera madre?
Hay
Astrid, vos conversas muy bueno, pero me tengo que ir, tengo que dar de
comer a mis animales, mira aquí llevo el cuido, otro día conversamos, suerte
chao. Bueno pues, querida que te vaya muy bien.
A propósito de las mellizas, a ellas las matan
y no estoy segura si las dejaron en la
entrada de la iglesia; pero si recuerdo esto y sucedió hace algunos años, ahora, no ha vuelto a suceder y se trata de lo
siguiente en las horas de la noche mataron a una muchacha y se la tiraron al ante jardín, a una jardín, que queda a la entrada de la iglesia,
al padre Pedro Pablo; párroco de
ese entonces… No se sabe, si fue que la violaron o qué; pero cualquiera que sea ese hecho, da muestras de la maldad de los que hicieron eso.
Y así,
hay me la paso a veces, escuchando algunas
pláticas, simples como esta, en todo caso, el palo no está pa cuchara,
que cosa tan fregada.
Beatriz
Elena reservados ©
Nota: Astrid, es una persona que sufre una especie de retardo; aunque es muy avispada.
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