SIDERAL
Ciertamente hoy, es uno de esos días súper grises, llenos lluvia...
Eso me ha dado pie, a reencontrarme conmigo misma, de tal manera, que una idea, que me venía, persiguiendo hace tiempo, ha ido
tomando forma y fondo.
Me refiero, a que me declaro, un ser profundamente cósmico.
Sí, soy un ser sideral, en toda la medida, de mi forma
planetaria de mi forma, abarcable
físicamente, he inabarcable de un modo
cósmico...
Claro que sí, soy un viajero en el espacio, y mi
conciencia etérea, me lo recuerda a cada rato. Y como no, si estoy hecha de rayitos de luna y de
sol...
Cuando mi ser, se disuelva en el espacio, mi macro
cosmos, será polvo de estrellas.
Esa soy yo y no otra, de
ninguna manera eres tú; esa soy yo en mi forma individual y
personal, porque tú ya
tienes la tuya.
Y la respuesta a lo que
tú eres, la tiene tu ser interno...
Busca allí, en el lugar
perdido; pero de alguna manera, todos formamos, parte
del todo y el todo eres tú y yo…
Yo Elena la de Troya...
Pero no, esa Elena.
La trashumante, guerrera de la noche, la noctambula.
La Beatriz de Dante, pero no de Dante y la maría, pero no María; que surge, como un alito de vida…
El cristo partido en
dos...
Pero no Jesús y la imperfecta humana, la frágil criatura, que se dobla,
la que se acuclilla y
clama, la que se acurruca y llora, la huérfana,
la desamparada, la que se
alza y levanta la mirada, la que to tiene un origen claro
la que en su primer mirada, fue abandonada m dejada.
La que en fin, reconoce, la fragilidad de sus rodillas
y de su pobre, condición
humana….
La cristalizada, la que con un puño, ha roto todos sus cristales y los ha vuelto añicos, la que suele
acariciar, el vuelo de la brizna, con un toque de sus manos; a, la que,
los pájaros, cagaron, en su hombro
y en sus cabellos.
La que esta, encadenada
a las rocas, la cuales, construyeron,
para que fuera mi tumba.
A la, que le tiran,
tierra encima y se la
sacude o se la quita, con la manos y las uñas.
Soy solo, Beatriz Elena,
el nombre de la mujer, que me amo, como a
su hija.
Soy el rostro, de
todos, los que me rechazaron, de todos, los que me aborrecieron y me odian.
Soy la fe, que nunca
tuvieron ellos.
Soy el amor, que
nunca tuve, la negación de quienes, me negaron, y la afirmación, de esos mismos. Y finalmente solo soy, mi afirmación, no la,
de ellos, ya que, no se la
merecen.
Soy, la que, se pone de pie y comienza a caminar.
La que desciende y asciende, la que se cae y se dobla y la que, se levanta de nuevo y se sacude el polvo , esa soy yo…
La que se levanta y vuelve,
a mirar y sigue caminando y
desciende, asciende y desciende…
Esa quizá sea yo.
Beatriz Elena Morales Estrada©
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