ELEGÍA A LA PAZ
¡OH!
Montes, ciudades del mundo, pueblos todos
venid a
encender la hoguera del amor filial
venid
todos a buscar en vuestros corazones endurecidos
¿En dónde se halla ella?
Si todo el que habla, de sus haberes, se sacara el corazón por los
ojos
y su
lengua, en lugar de hacer enredos, jadeara
latiendo en pos de la verdad
¿Por qué engañáis en nombre de ella?
Es triste saber, que la mentira es la doctrina de quienes
gobiernan
¡Oh! Pueblo todo, que con anhelo sacro la añoráis, como por
entre el aire
sé que vosotros la deseáis, como viento, que refresque vuestras narices
nunca es tarde para amarla y
si vuestro corazón es puro, la encontrareis
¡Ay!
¡Ay! No os lamentéis pueblo mío, si una
vez más, en su nombre te han mentido
¿En dónde se halla ella?
Ella es
limpia y pura como todo lo traslucido
y llora por las amapolas sembradas en las
ciudades y en los campos
es dulce como el vino más amoroso
le gusta,
ser la esposa de la verdad y ama
juntarse con la lealtad y la justicia
no miente, no engaña , no es protocolaria ni retórica. No es corrupta
la paz hermanos míos,
tiene hambre y sed de justicia
tiene hambre
de la verdad , tiene hambre, mucha hambre
y esta hastiada del engañador
del que
la usa a su favor …
¡Ay!
¡Ay¡ pueblo mío, ensangrentado por las balas del asesino
¡Ay!
¡Ay! Pueblo mío,
no os lamentéis en vano, si una
vez más,
os han engañado
como el enamorado, ansia de nuevo una oportunidad, para
caer rendido
así
estas tú , en vana esperanza y
ojala que no sea vana
¡venid! , venid
montes altos y agachad la
cabeza, ceñid vuestra arrogancia
¡todos
venid! ¡venid pueblo amado!
no olvidéis,
que solo uno, os traerá la paz tan anhelada
rendid
a él, vuestros corazones henchidos de maldad
¡Oh pueblo!
Que no os mientan una vez más.
Beatriz Elena Morales Estrada ©
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