El Ángel
Cechis Narda
salió del baño, se puso frente al espejo para peinar y secar su cabello, este
le caía largo y claro sobre los hombros, se le veía un poco ensortijado,
termino de secárselo ; luego se retiró un poco para caminar por los alrededores
de su casa finca. Su mente la llevo a divagar en recuerdos lejanos, en los que
se mezclaban sentimientos de dolor y de nostalgia.
Después de
su paseo matinal se dirigió a su salita de estudio y se sentó frente a su mesa
de trabajo; entonces se puso a leer un fragmento de una novela que decía así;
en su lucha contra el mal, el personaje principal cuyo nombre es Rafael ,
le fue enviado un ángel encarnado en una mujer ;pero el ángel sucumbió bajo la
mirada , el deseo de sentir hizo presa en ella ,entonces le pide a Rafael del
cual se ha enamorado tenazmente que le enseñe a besar , el no acepta porque ve,
intuye la distancia que media entre los dos. No obstante el mal ataca de otra
manera, cuando el ángel intenta defender a su amado de esa presencia maligna
que lo persigue y que lo ataca, queda totalmente sorprendido, porque descubre
que ha perdido sus poderes; ¿Cuál es la razón por la que esto ha sucedido?
El amor si
bien es una fuerza espiritual por la cual el universo entero es regido;
significa también a su vez la encarnación del mal, puesto que conlleva a una
perdida irremisible del ser que se parte en dos, que se siente así mismo
fragmentado, al poner su anhelo fuera de sí.
En el caso
del ángel su parte divina lo humaniza tanto en el deseo de sentir, que parece
que queda completamente obnubilado, queda además atrapado entre el abismo del
amor y la muerte, que para él, es caída,
descenso horizontal, que lo aprisiona, que lo hunde. En el caso del hombre, del
ser humano el amor lejos de ensombrecer su parte divina, la despeja.
Porque en
la fragmentación se hace pleno, empero la dualidad de ambos lo empuja a
su vez al abismo de la muerte. No haya entonces reposo, porque esta es la
medida que lo acerca a ser el mismo como el ángel. De manera tal que tiene que
oscilar entre lo uno y lo otro. Ambos el amor y la muerte marchan
paralelos, juntos en el destino de lo humano, de tal forma que parece que
fueran dos líneas geométricas que al cruzarse se invirtieran. Tanto la una como
la otra contienen toda la desgarradura del hombre de principio a fin; dentro de
lo cual todo conlleva a una búsqueda titánica de y por la vida. Pero
si el amor y la muerte son juntamente
Aniquilamiento
del ser, siendo a su vez gozosa agonía que parece detenerse inmóvil, inerte
pero de lo cual brotan alas que lo llevan a explorar más allá de su espacio,
del espacio de su mundo. ¿Entonces porque el ángel se espanta ante la
disminución de sus poderes?
Cechis
Narda levanto sus ojos y su mirada paso atraves del ventanal que
estaba situado frente a ella y cuyo nivel terminaba junto al piso. Esta tenia
colgadas unas cortinas largas de diferentes colores que se veían sobrias; pero
se hallaban corridas hacia los lados, de tal manera que la vista era magnifica,
el olor fresco de los árboles de pino y de eucalipto invadían el lugar. Más
allá hacia lo lejos se divisaba el techo de la capilla del barrio,
hacia el frente, en los techos de los vecinos una cuadrilla de gallinazos
imponía su presencia.
Nunca o más
en lo diez años que Cechis Narda llevaba de vivir en esos lugares, estas aves,
también llamadas limpiadoras se habían atrevido a profanar el techo de la
iglesia, que permanecía impecable.
¿Qué extraño
misterio entrañaría aquello? Continúo leyendo; Rafael meditaba
sobre la vida y sobre la muerte ¿Qué es la muerte? Sera quizás la última
sinfonía del ser, el lugar etéreo, espacial en donde por primera y última vez,
el velo de la memoria se descubre así mismo como un único lugar hacia donde
todas las cosas se desplazan… Pero somos habitantes de un mundo de muerte, en
donde empero aún permanecemos, es decir sobrevivimos; será esto porque la
permanencia implica, que incluso más allá de toda destrucción existe un
equilibrio, una armonía que restablece las cosas, para que pese a
todo la vida continúe.
Pero no, mil
veces nooo; grito Rafael en un acto de desesperación, en los que con sus puños
golpeaba la pared una y otra vez; porque existe otra muerte más honda, que es
abismo de todos los abismos, en donde el alma en su desgarradura final,
entabla una cruenta batalla , en la que no hay ni vencedores ni vencidos…
Estaba Rafael en esa cima de su angustia,
cuando de improviso una presencia maligna, se introdujo en su recamara e
hizo que este se estremeciera de los pies a la cabeza; un
frio inundó su cuerpo, la piel se le puso arruzuda, en realidad esa
presencia trasmitía unos niveles de energía tan bajos y al mismo tiempo
era algo tan chocante que repugnaba a toda razón y entendimiento. El portador
de dicha de energía era un ente tan vil y rastrero que nunca mostraba su
cara, solía atacar a Rafael por la espalda y aprovechaba los momentos en que
creía que este se encontraba más desconcentrado. Sin embargo aquel ser tan
despreciable poseía un poder bastante fuerte. Cuando Rafael dormía
utilizaba cierto tipo de seducción y de engaños tan sutiles que hacían un hito
en la memoria y todo eso para atraparlo. O simplemente con algo parecido a unos
dedos, presionaba determinadlos puntos clave en la cabeza o en el
cuerpo de este para adormecerlo y así entrarlo en un profundo sueño.
Tenía
innumerables maneras de atacar, bien fuera que Rafael durmiera o
estuviese despierto; su batalla por dominar la mente de Rafael era bastante
intensa. ¡Vete!, ¡vete!, yo no te quiero aquí dijo este, al sentirlo. Entonces
una carcajada diabólica resonó en el centro de la habitación; pero en ese
momento las alas de un ángel divino inundaron ese espacio de inmediato todo se llenó
de luz; el arcángel san miguel resplandecía bajo la serenidad de un rostro
lleno de amor; su voz no se hizo esperar y dijo así; no lo toques, porque su
nombre se halla escrito en el libro de la vida. La risa maléfica se esfumó.
Luego ante
la perplejidad de Rafael todo volvió a la normalidad, este
se inclinó atónito y feliz para orar con vehemencia.
Cechis Narda
se puso de pie, camino hacia la ventana para mirar con más detenimiento, fue en
ese momento cuando se escucharon no uno sino muchos
disparos. Abandonó el libro Cechis y tomó su
abrigo, cerro con llave y prendió su viejo jeep, cuando llego al
barrio, ya todo había pasado. Al parecer los de la banda del oso, una pandilla
grande y asesina se querían tomar el barrio y en medio de esa balacera sin
sentido y sin horizonte se encontraban dos pequeños jugando; uno de ellos murió
en el acto, el otro pequeño quedó gravemente herido.
El
encenillal era otrora un barrio alegre y lleno de vida, pero poco a
poco había ido decayendo esto a raíz de la violencia tan tenaz que comenzó a
azotarlo, la razón era ya, bien conocida por todos. La droga, una plaza de
mercado para controlar aún más las adormecidas mentes. Durante algún tiempo las
cosas se calmaron, los muchachos del barrio, entre ellos uno que le decían el
Alce, tomo la iniciativa, reunió a varios, hablaron con toda la gente
para ver si estaban de acuerdo con que ellos cuidaran el barrio, para evitar
robos y también cierto tipo de desórdenes; fue así como surgió la banda
de los de abajo. Pero los de arriba eran aún más sanguinarios y ambiciosos en
sus alcances. La gente se mostró partidaria del plan entonces
ellos sacaron permiso legal y comenzaron a celar las calles. Los sábados
cobraban, pero no exigían, sino que las personas les colaboran con lo que
podían, en cierta forma muchos hombres viejos o jóvenes resultaron beneficiados
pues encontraron una fuente de trabajo, aunque con un ingreso muy bajo y con el
tiempo muchos de ellos desaparecieron en esta cruenta guerra que todavía
continúa.
Cierto día
se rego la voz de que al Alce lo habían amenazado los de la banda del oso. le
dijeron que tenía que dejar de cuidar el encenillal o que si no se las tendría
que ver con ellos; entonces por un tiempo dejaron la celada y luego la
volvieron a retomar; fue así como el Alce se descuidó y en cierta ocasión se
hallaba con su hermana tanqueando su motocicleta , los del oso que de alguna
manera se dieron cuenta en donde estaba , apenas lo vieron desprotegido lo
atacaron; primero le pegaron varios tiros a ella que la dejaron muda de por
vida , a él con un solo tiro bastó para darle muerte.
El objetivo de la banda de los del oso parecía haberse cumplido en
cierta forma; ellos querían cobrar bastante dinero en la celada y aparte
pues tener el control; A los ocho días y después de la muerte del Alce
empezaron a aparecer unas caras todas raras, decían que ellos eran los
nuevos celadores; según se contaba era que tocaban las puertas de las casas
y que decían que si no les pagaban, atracaban todo negocios a lo que
fuera. La misma Cechis se topó con uno de ellos, era un hombre joven
entre los dieciocho y los veinte años pero con una cara bastante tenebrosa,
fue cuando le pareció descubrir el rostro de la muerte porque la
vio encarnada en las facciones del muchacho, en esa mirada impávida, ajena al
más mínimo gesto de amabilidad. Cechis era veterinaria aunque se dedicaba a su
vez a otras actividades.
Luz Elena en cuanto la
vio, le pidió el favor de que arrimara hasta su casa para revisar a
un perrito negro de mirada profunda y triste que se llamaba You. Ella accedió,
la casa era humilde, pero bien organizada, un niñito se hallaba sentado en el
suelo comiéndose un pedacito de carne frita con un poquito de arroz y una taza
de agua de panela. Examinó al perrito y le receto vitaminas.
Salió y se montó en su jet poniéndolo
en marcha y se dirigió al centro para buscar la dirección que su amigo
Luis le había dado. Luego que hubo guardado su carro en un parqueadero
caminó por las calles hasta que llegó a un moderno edificio,
le preguntó al portero cual era la oficina del señor x, porque deseaba que le
restaurara una fotografía de su padre. Subió los escalones, en la
oficina mencionada se encontraban tres hombres; uno de ellos se quedó
mirándola, se levantó de su sitio y la invitó a entrar, fue entonces cuando
reconoció Jaime Saldarriaga, hombre que conoció en tiempos en
que ella era una muchacha. Solo que al verlo después de mucho tiempo.
Tuvo una extraña sensación, era como si algo en él permaneciera
Inmóvil, detenido, esto no era
posible que fuera así; su rostro no denotaba una vejez…
Lo que sí, le noto era
que estaba un poco más gordito, más bonachón. A el mismo iba a preguntarle en
donde podía encontrase al señor Jaime S. Aunque su cara la sentía conocida, no
lo reconoció, al verlo; todo fue tan rápido que de inmediato se vio
sentada en su sitio de trabajo; era retocador de imágenes fotográficas, después
de un largo rato de platica sobre los viejos tiempos ,Jaime
era mucho mayor que ella pensó y se encaminó hacia la iglesia de san
Ignacio. Se sentó en un parquecito, todo parecía tranquilo, solo el cielo
deslumbrante habíase tornado oscuro, algunos pájaros cantaban en medio
del ruido citadino y más allá los carros avanzaban, mientras los truenos y los
rayos avivaban el aire de la ciudad.
Medellín se mira todavía como una
ciudad tranquila, calmada, a su lado izquierdo, como a la tercera banca,
conversaban confidencialmente dos ladronzuelos. En ese instante gruesas gotas
comenzaron a caer, un viento feroz se hizo tangible. Todo, todo indicaba el
movimiento incansable de la naturaleza en su fluir hacia las cosas. El
olor a marihuana que dejaron dos hombres al pasar, penetró las narices de
Cechis, instintivamente se levantó, se puso a andar con rumbo al parque san
Antonio. Las gotas de agua pronto se convirtieron en una negra tormenta.
La ciudad hecha de grandes edificios y al mismo tiempo rodeada de montañas
parecía trascurrir a un ritmo en apariencia natural. De improviso los
rayos incendiaron temerariamente los techos, las torres de los edificios,
las avenidas, las calles.
Cechis se sintió atrapada en medio de
la tormenta pero ya no se podía escapar, fuertes gotas caían con furia,
golpeando el pavimento, haciendo que cada vez fuera mayor el estruendo; un
pavor helado penetró por sus huesos, miró alrededor a lo lejos alcanzó a mirar
esa escultura, ese enorme pájaro de Botero que de una manera terca quería
imponer su presencia, para recordarnos lo acontecido años atrás.
Y pese a semejante temporal unos niños
jugaban balón; un muchacho con tan solo una pantaloneta puesta estaba
trotando, corriendo bajo la lluvia en pleno parque, y los demás permanecían
arrinconados, extraños, pero juntos entrelazados a sus pensamientos, algunos
miraban sin ver.
La otra gorda sensual, impúdica, de
cara al cielo, parecía querer desafiar los tiempos, bajo una pasmosa serenidad
que aplastaba corazones, en esa hora todo los rostros y las cosas inermes
pareciera se juntaran en una sola; Que imponente y prodigiosa es la naturaleza.
El eco cercano y lejano de un trueno
retumbó en medio de la tempestad, para dar paso al recuerdo de tantos
corazones de tantas alegrías, de tantos cuerpos que fueron mutilados
inexorablemente por unas manos despiadadas.
Al atardecer regresó de nuevo a su
casa, se preparó algo liviano para comer, después se paseó largo rato por el
jardín y lentamente subió las escaleras, se introdujo en la casa y se sentó en
frente de su mesita de trabajo y trabajo y escribió largas horas hasta el
amanecer; sin darse cuenta sus ojos se cerraron y por el cansancio su boca se
quedó entreabierta, sin embargo después de un largo, larguísimo trecho ya entre
dormida Cechis escuchó con toda certeza una música que irrumpió en medió
del silencio , aquello era sencillamente majestuoso. Era todo un concierto,
eran voces de ángeles, de arcángeles. Estas voces descendían desde el lugar en
donde se siente y se sabe con toda certeza que Dios habita. Por lo menos así lo
sintió ella.-
Cechis que ya tenía la boca cerrada y
la mente abierta, alerta, vibraba con tal intensidad, que dentro de su pecho
una paloma parecía desplegar sus alas. Escuchaba una y otra vez sintiendo una
sonoridad que elevaba su alma el lenguaje más total, único.
El cielo de Dios abrió sus puertas
auditivas aquel amanecer y traspasó el alma de Cechis.
Cechis, Cechis, llamó una voz que
provenía de afuera, sin darse demasiada prisa, para no perder el
exquisito gusto de la música, se levantó y por la ventana le arrojó las
llaves a su amigo; entre silbidos y risas alegres esté ascendió las escaleras
que lo separaban de ella. Después de la almuerzo y de un largo descanso, él le
dijo; se bien que estas escribiendo una novela, así que vamos al jardín para
que me leas algo sobre eso. Esta acepto con un gesto de cabeza y salieron.
Rafael se hallaba ahora de pie, hablaba en un tono suave. Sé que tú eres un
visitante celeste, un ángel enviado para ayudarme a combatir el mal, tu, eres de la jerarquía del gran Miguel Arcángel.
De manera pues que no temas. Sé que hallaras la manera de recobrar tus poderes.
Mis poderes no me preocupan tanto, como el hecho de no haber podido ayudarte,
se sin embargo que Dios ha dotado tu mente con una fuerza prodigiosa, hace
veinte años en el ciclo humano que el ente del mal te persigue para dominarte y
poseerte, para lograr un dominio sobre tu alma y a pesar de que has estado
solo, no le has permitido que lo logre ; cierto ha sido así y aunque han
sido unas batallas terribles aún me hallo en pie, pero si no fuera por la
fuerza que puso Dios en mi ser y si de mis alas no hubieran brotado las alas
para encontrar el prodigio que fue me dado jamás lo hubiera logrado.
Pero ahora hablemos de ti y Vamos sé, que tu horror proviene del conocimiento de que
siendo un Ángel , cuya divinidad esta puesta en Dios, hayas polarizado sin
darte cuenta esa parte oscura, que al mismo tiempo combatías, incluso más
que yo sabes, que el mal siendo uno se manifiesta de muchas maneras.
Tanto tu como yo podemos elegir en ser
lo uno o lo otro, ya que en el abismo del amor y de la muerte esta puesta
toda esperanza, todo nuestro último aliento. Tal vez, ambos son
principios que nos guíen a buscar esa fuente primigenia, por la cual la vida
permanece y está más allá de toda
destrucción. El ángel o Matilde que así se llamaba no respondió; se
reclinó en un viejo diván de madera, su cabellera larga y ensortijada se
desparramó sobre su rostro hasta ocultarlo, sabía bien que ella no tenía
elección, pues aunque eligiera lo uno o lo otro siempre permanecería en
un estadio intermedio…
Rafael sintió en el aire su vacío, el vacío
de ella; porque a veces el silencio es un vacío de nada
Pero no pudo
ver la nada de ella ya que si la hubiese visto habría caído exhausto, espantado
ante la belleza sin fin del amor que allí bullía, pero que al mismo tiempo
descendía hasta las oscuridades más
profundidades, en una lucha sin igual para lograr de nuevo el gozoso equilibrio
de la vida. Al ver su silencio se preguntó
¿Seria qué sus palabras solo fueron un silencio que se desvanece? ¿Espuma de rio que se aleja y se pierde? No, la palabra no puede ser efímera mariposa
alada, vaho de humo ceniza que se extingue; quizás en el silencio la palabra
recobre su antigua y primitiva verdad. Entonces al ver ella su desesperación,
le dijo mientras en mi persista este amor por ti, permaneceré no en el vacío de la nada, sino en el abismo de la muerte… Pero aún hay algo
más terrible que eso y es la renuncia, ya que eso implica un horror más grande
todavía. Es cierto dijo Luis interrumpiendo a Cechis Narda, que se le
quedó mirando fijamente; al renunciar ella a su amor se vería abocada a un
abismo mayor. Claro dijo Cechis, con alegría, al sentir el interés del su
amigo; en verdad es un abismo demasiado hondo lo que la separa a ella de él.
¿Pero
cuéntame cómo van las cosas en el barrio de abajo? No, ahora las cosas están
calmadas; pero es triste mirar como todas esas peleas entre bandas están
acabando con la inocencia y la vida de tantas gentes buenas.
Luis se quedó
pensativo y al fin exclamó; todo eso es una
consecuencia de un enorme vacío
social y económico en una guerra en la que los valores reales del ser se han
ido desplazando hasta quedar convertidos en simples formas u objetos
inacabados. Además esta guerra que se vive en este país, genera un cierto
marginamiento, dentro de lo cual los
unos excluyen a los otros; eso se da tanto en la política como en las
religiones.
Creo que el caos nos está sumergiendo cada vez más en un pozo
profundo.
Ahora al
parecer estamos en el infierno, porque no hay peor infierno que las oscuridades
del hombre, del ser humano, cualesquiera que estas sean. Por ellas el hombre se
hace bestia o se hace ángel; si dijo Luis, cuando la razón se ha extraviado y
el conocimiento no se ha obtenido, la degradación humana se hace bastante
notoria. Hablas del conocimiento moral y espiritual, porque tú sabes que la
ciencia ya tiene lo suyo. Es cierto, pero no siempre ese conocimiento ayuda a
la sociedad o a los individuos a un entendimiento real de su propio ser. Es
obvio que la ciencia lo explica dese su cobertura genética, empero eso no ayuda
a que los seres, los individuos tengan una mejor convivencia. Ella que lo
escuchaba atentamente, dijo; es interesante lo que dices, pero además está el
hecho de que la riqueza cuyo origen es de todos y para todo está muy mal
distribuida. ¡Ummju! Acertó a mover la
cabeza Luis.
Después de
una pauta Cechis, dijo de nuevo ¿Sabías qué los animales suelen ser
odiosos al igual que algunos de
nosotros? ¿A qué te refieres? Cuando un ser humano le coge odio a otro, bien
sea porque no le gusta, le tiene envidia u otro motivo, hace todo lo posible
para destruirlo. Lo mismo pasa con ellos, por ejemplo mira allá ese potrero
pastan tres vacas, mira esa negra, la que tiene unas pintas blancas; ¿la
ves? Le hace la guerra a esa vaquita más
joven, mira como la cachonea y no la
deja comer, la empuja y mientras la otra permanece indiferente. Y esto suele
pasar todos los días.
Luis muy serio afirmo; sin duda los
animales al igual que el hombre tienen cierto tipo de comportamientos parecidos, más no iguales.
Soltó ella
en carcajadas, muerta de la risa, al ver la actitud de él y ya luego dijo, pero el hombre según como se está
comportando actúa peor que un animal irracional. Deja eso ya, sabemos que la
codicia y el egoísmo sin límites son una de las cosas que acarrea aún más este
deterioro social. Las leyes que nos gobiernan son las de desear tenerlo todo,
de querer conseguirlo todo, no importando los medios. Dinero fácil. La miro y
ella estaba llena de silencio, sus ojos claros resplandecían al fulgor de la
luz del atardecer que ya se extinguía. De repente dentro suyo algo comenzó a
vibrar, como si lentamente de los cielos, de las copas celestes, de todas las
estrellas, de todos los efluvios atmosféricos, de las copas de las arboles, del
canto de las aves, de todas las cosas se fuera desplazando una música que
recogía todo su sonido en el alma de Cechis; una música que la traspasaba y
bullía desde el fondo de su propio ser desde su más íntimo secreto hacia la divinidad indecible y
callada de la vida. Era tan intenso lo que sentía, que ya no le fue posible
pronunciar más palabras.
Matilde
descubrió su rostro se levantó y fue hacia la ventana, se inclinó bajo su cabeza y comenzó a orar en profundo
silencio.
Rafael la
observaba pero no notó, como el arcángel san Miguel se había hecho al lado de
esta. Solo veía como sus alas se desplegaban fuertes, delicadas y vio, pero
no con sus ojos como el vacío de
ella se poblaba, se recubría de sonidos, que iban más allá de las imágenes y de
las palabras, era tan inmenso y
vibratorio ese sonido que poco a poco se fue fundiendo con el ángel en una
totalidad, en la que las sombras se disiparon, hasta dejar al descubierto solo
el resplandor etéreo y profundo del alma.
Rafael
sintió como las alas de ella lo cubrían y poco a poco se elevó pleno del más
intenso amor.
Fin
Beatriz
Elena Morales Estrada
Esta
historia está tomada de mi librito Voces De La Noche
Publicado
por la editorial Lealon, Medellín Colombia
Derecho de
autor registrado en la unidad administrativa de…
Publicado
por Poetisa y escritora Colombiana; Beatriz Elena Morales Estrada en 16:15
Fin
Beatriz Elena Morales
Estrada
Esta historia esta
tomada de mi librito Voces De La Noche
Publicado por la
editorial Lealón, Medellín Colombia
Derecho de autor
registrado en la unidad administrativa de…
1 comentario:
Magistral en su manera de narrar y en la forma de abordar la palabra. Toca temas aquí bastante reflexivos y ademas son de un carácter un contenido muy filosófico. Me encantaría poder comentar todos y cada uno de sus escritos porque me encanta leerla. Pero lamento el poco tiempo que tengo para hacerlo y una vez màs le digo como lector sus escritos me llegan al alma.
Marco Antonio
Publicar un comentario