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lunes, 17 de junio de 2019

SOÑADORA











                                               SOÑADORA 

Es cierto soy poeta o al menos lo intento y como tal, soy  una soñadora; sé que sueño despierta, sé que sueño dormida, sé que sueño y  sueño,  sé que soy una especie rara, aunque al mismo tiempo común,  sé que no  tengo los ojos desorbitados,  ni tampoco  los tengo como los de una princesa  y sé,  sé que,  no me parezco a otras cuya medida es 50-  60… Sé que mi sino,  es escribir y escribir; pero  me encanta. 

Soy un prototipo de la especie  más  no,  un modelo convencional.

 Pero a veces,  acostumbro girar  en el espacio,  junto a las estrellas y planetas,  movida por mi propio cosmos  y  girando hacia el infinito y más allá.

También se,  que  es posible que  a  las muchos   no les  gusto;   me desconocen, ya lo sé, pareciera ser que, soy una especie “rara” pero en fin.  Habrá a otros que si…

 Dios me sabe suya   y  aunque no se me salgan desorbitados los ojos, de lo perfecta,    y  además,  además,  de una cosa,  estoy segura, tengo los pies bien plantados en la tierra ¿Cómo no tenerlos?  Sí. Me ha tocado arañar la tierra con las uñas.

  Si me han tirado  tierra sucia  encima,  y me la he sacado, si me la he sacado,  con las manos encendidas   de estrellas y de luceros  cósmicos y aquí estoy, una pobre ilusa…

Una pobre poeta, una simple  soñadora. Aunque claro esto pudiera parecer algo sinsentido. Pero bueno sentidos si  tengo.

 Pero aquí estoy  y aunque a veces, se me apagan los ojos de tristezas, estoy aquí de pie y con las manos levantadas.  Eso sí. 
                                                             Beatriz Elena copyright © Morales Estrada

Poéticas



                                                                
                                                             Poéticas 

 

                                                             SOÑANDO

Soñando,  soñé que me  soñabas y  en ese sueño tuyo y mío; llenose   de guirnaldas el paisaje. 

Y entonces, cayeron soles,  sobre la yerba fresca,  del ensueño.

Soñando,  soñé que me querías y debido a eso,   logre atrapar pájaros en la noche. Y al amanecer sentí, que besabas a mi frente. Y una rana croó, sobre la luna que se puso. 

Fue tan bueno soñar contigo, que no me di  cuenta, que solo un ensueño fue.  

Y no quería despertar, porque si lo hacía; era como, si me estallara una bomba de agua entre las sienes, o como si alguien,  me  lanzara una piedra.

Y sucedió entonces,  que me despertó,  el sonido de una puerta laberíntica y no quería entrar, ni salir,  por esa puerta, solo quería seguir soñando,  que me amabas    y así  las cosas,  volverías  a mi  sueño,  para besar  de nuevo  a mi  frente  y a mis mejillas pálidas. 

Seguir soñando,  era lo que quería, ya demasiados sueños,  hay en el  mundo; pero el mío,  era único, sí, porque  es, mi sueño y no el tuyo.

Y ahí fue,  ahí   fue,   que sucedió,  lo más inesperado, sucedió, que un temporal, se desató en el vientre de las cosas. 

¡Ay! Es tan corto el amor y tan largo el olvido. Fue tan corto,  porque fue un sueño  y tan largo porque tú no estabas. 

Y ese sueño,  me dejó  toda ensopada; porque  fue, que cayó la lluvia,  sobre un verde prado de nostalgias y yo tenía quince años  y tú  tenías; muchos más  y yo soñando,  soñé  que me querías. 

Pero tú estabas,   en otra cama, con otra y yo,  me quede canturreando una canción. Y así pasaron mil años más y yo me quede en mi   sueño.



                                                                   DISTANCIA

¿Qué es la distancia?

Distancia,  es ausencia de presencias; es un locuaz reguero de recuerdos,  desesperanza,   de unos pasos que no llegan,  y es una voz quimérica que no  habla, movimientos espaciales,  que separan, ansiedad tremulante de una imagen; corazón vibrante, emocionado. Una barca anclada y solitaria, eso es la distancia; aquello que separa nuestras almas  y nuestros cuerpos.

El mar y el cielo es la distancia. Una calle desierta de lo amado, un rosal sin rosas, un afán tenaz  sin la llegada y es como un letargo de fantasmas en la mente…

Distancia; es ese silencio  tuyo o mío,  cuándo  nos da la espalda y cuando las manos,  se bifurcan,  por el otro lado de las cosas  y no me quieres ver, ni  yo verte. 



Distancia  es el muro que nos separa y   los muros que separan a los  unos de los otros, son todavía,  tantos y tantos muros, los que impiden  que las   distancias  se  hagan  más cortas.  

  De unos a otros  hay distancia…

 La distancia,  es aquello  que aún no se  rompe,  no,  porque la distancia es    también  aquello que no se ve, pero se siente.

Las máscaras  que no  han caído. Eso es también la distancia.



                                                                     SEMILLAS

En la desnuda  piel del mundo, empezaban a florecer, las doradas semillas del amor; pero la negra enredadera de la muerte, dejo crecer,  entre las flores primaverales, inmensos  remolinos de maleza.

  ¡Ay!  De los azules soles opacos, esos que se yerguen sobre el mundo, con su aplastante mano, que devora continentes.

¡Ay! Porque las flores, que han sido pisoteadas, tendrán que florecer;  tendrá n   que florecer en medio,  de la sangre  y sus semillas,  se extenderán sobre  un nuevo amanecer, de un sol naciente;  que será como una presencia,  instalada entre los  cielos.



                                                                          ROSADO

En el color rosado,  que apenas si, se alcanza a vislumbrar allá en el lejano cenit; en la lejanía de la forma ambigua, de los cuerpos que se alcanzan a presentir, correteando en los viejos pasillos de los colegios o dialogando   en roces luminosos,  en las cafeterías de las universidades; en fin… Entre el diario vivir, ir y venir de los descalzos  pies, que andan por el mundo,  estás tú, buscándome, estoy yo buscándote; tú  sufriéndome, viviéndome,  estoy yo  pensándote; que eres  como un viejo estandarte,  que no muere.



                                                                        Ellos
Los otros, los que destetaron a los amantes prodigiosos y fundieron el odio en iracundos movimientos de venganza y de sin razón; ellos, yacerán algún día, olvidados en la ciudad de los muertos, donde no entra, ni sale el sol.     



                                                               Beatriz Elena copyright © Morales Estrada

Memorias que arrastran






                  Memorias que arrastran


Arrastrando memorias como ramas van pasos. 

Ellas   son el árbol    en donde un pájaro reposa cantando con suavidad

mientras  alguien se apresuran entre la yerba, suena, se oye   agitado.

 Sus pasos parecen  fuertes    y vitales…

El pájaro que ha posado en la rama se balancea, se balancea

como en la levedad de un sueño,   auscultando el horizonte.

Mientras los pasos de ese alguien,  lo empujan  hacia adelante,  como si en lugar de arrastrase quisiera volar…

En vez de arrastrarse  alzarse quisiera.

Pero no  ha visto al pájaro aún….

¿De quién huira me pregunto? 

Mientras  se  le  escucha   jadeando,  jadeante. 

Sus pies   hacia adelante,  hacia  adelante, siempre  

y  la rama del árbol,  que se estremece   con el viento

se ha hecho más alta,  mucho más alta.

Incluso,  hasta una  nube se ha puesto sobre ella

es   tanto así   que  hasta parece haberla absorbido.   
 O es al contrario, quizá.  
Y la respiración, de quien hasta ese momento, se había arrastrado entre la yerba, parece hacerse más fuerte. 
Parece como si levantara los brazos. 
 Y los  talones de sus pies lo  jalonarán, empujándolo hacia arriba

 en tanto la nube ha ido haciéndose más grande y pareciera ser,

 que unos  dedos  extendidos,   pintaran  paisajes bañados en  azules , amarillos,  verdes rosados …

 Todo se ha ido juntando como  en una reunión de sortilegios eternos

Es entonces cuando el viajero descubre al pájaro

la ave  le  mira y al hacerlo  este se ve cubierto por alas

¡Ay! De las memorias que se olvidan

Beatriz  Elena Morales Estrada©Copyright.

Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright       








LO QUE NO SABES








LO QUE NO SABES


Lo que no sabes es que abrí puertas y ventanas

que  dejé  a los   pájaros   de tu amor    escaparse

no quería  que  esa  ave prisionera  quedará

tú eras  la secreta  ensoñación que mi corazón protegía

más no quería que nada te forzara a quedarte…

Lo que no sabes,  es que  un día salí al patio trasero

un día hace mucho tiempo levanté mis manos al cielo

y en  un acto de amor,   las alas  te solté

te eché  a volar por entre  montañas  y árboles de pavimento

lo que no sabes,  es que al hacerlo  un corazón prisionero  quedó

 asolado en verano y entumecido en  los  inviernos

preferí  eso,  a tener atada a mis manos un amor esclavo

un arlequín qué se pone y que se quita …

Te prefiero libre, te prefiero agua fluyendo  en rio abierto 

lo que  no sabes es que yo soy mano que la tierra siembra 

árbol que permanece…

Soy  la textura  de los cantos nuevos

multiplicidad  de  mariposas alzándose  entre las flores

rústicas ramas cubriendo mi casa 

soy  la permanencia y a  su vez el  rio que fluye

lo que no sabes es que soy  la mano  que pinta horizontes

lo que no sabes es que solté tus amarras

y me fui a la mar a buscar en  los cielos  estrellas

un  día no  hallaran mis huellas en  calles pavimentadas

un  día  seré yo   esa estrella que se pone

lo que no sabes y nunca sabrás de mi

es que siempre fui casa abierta , sol como casa grande

luna como noche inmensa….

pájaro entumecido en la rama de un árbol

Beatriz  Elena Morales Estrada©Copyright.

Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright