OBSESIÓN
Ella se paró en frente del espejo y se
miró de cuerpo entero movió la cola complacida y levantó el derrierë
hacia arriba. Entonces se puso muy seria y frunció el entrecejo y coloco
los dedos debajo de las cejas.
No quiero envejecer por eso me hecho crema en
la cara, esta me la regalo mama; mis amigas dicen que es buenísima, pero que yo
todavía, no me la puedo untar, no les
creo nada, yo tengo que aprender a usarlas desde ya.
Si y es que cuando una pasa de los quince, ya
los hombres no lo miran a uno, porque
esta es envejeciendo .Esta mañana , me
he mirado al espejo y vi cómo, ya me están saliendo eso que llaman patas
de gallina.
Pero eso sí; les cuento que no voy a
desfigurarme; y de eso estoy segura, segurísima, sin antes casarme, aunque sea con un viejo
rico. Uno de esos que tienen unas camionetas grandototas, mama dice que no es
cierto, que todavía luzco lozana y que hasta cara de ángel tengo y que se me ve a flor de piel.
Y que no deje, que un hombre de esos me coja
y me dé por el culo; tan solo para dejarme usada y por ahí…
Pero la cosa es que ya me siento quedada y
además de esto, siento que no existo
y que tan solo soy un personaje
de ficción…
Extraño a mamá y el caso es que cada vez me
veo más desfigurada que nunca.
Y esa anciana que esta frente al espejo, llevando ese bastón, no hace otra cosa que
entorpecer mis recuerdos…
Susana , hemos venido por ti, tienes visita;
esta miro asombrada su rostro en el espejo y se preguntó así misma
¿Quién soy?
Beatriz Elena Morales Estrada © Copyright
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