Nada, nada
¿Qué
podrías objetarme?
Tú has sido el negado
siempre el negado
aunque en secreto has anhelado
nada, nada tendrías para decirme
nada nada, tendrás para decirme
y de la misma manera que las estrellas se
ocultan
para aquél que nos las ve
a ti, se te ocultarán algún día estos ojos
nada, nada, nada
¿Qué podrías repararme?
Si tú has sido el negado
siempre el negado
te has encumbrado como monte
y has alzado tus ojos como realeza
oscuro es pues, este extraño querer y no querer
esa querida presencia de música
que se me allega
cuando te siento cerca
y cuando me miras
me buscas con tu rostro
y me llamas para nada
nada, nada tendrás para decirme
aunque te mueras de ganas
solo es una cercanía en lejanía
solo la noche serena o alterada sabe de ti
de tus silencios
y hasta quizás de mi anodina presencia en tu vida
Si, quizá sea así…
Beatriz Elena Morales Estrada ©
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