LA CIUDAD DE FUEGO
O el no futuro de la humanidad
El sutil instante
en que ojos volátiles
y mentes erráticas
vadearon en las ciudades
mas que eso…
Destruyeron la vida, las vidas, todo
Desde el principio
hasta el fin de las cosas
perecieron ellos y las cosas
solo
quedaron sobrevivientes
sobre ciudades cementadas
edificios que se hunden como jardineras
estériles
Hubo un tiempo que fue tan volátil como un
tiempo
pero solo el tiempo logra inaugurar sortilegios
cosas de veranos e inviernos…
Sí. Como lunas deslizándose sobre el
pavimento
Un
oasis
sí; de efímeras aguas
que se obstinan en permanecer
las cosas son atrapadas por el deslizarse
de un
túnel, como agujero negro
Las llantas de los carros aún rechinan contra el lomo de la tierra
declina, declina , declina la ciudad de fuego
y también el sol en las laderas de las
montañas
y brotan
de la tierra árboles como raíces de cemento
Que
crecen como azoteas
que son también exiliadas
solo
el viento espejea como dando alas
brota la ciudad como un esqueleto de
edificios apiñados
y se hace una oasis en medio de ella
ojos que se precipitan
¿A dónde la fuente de las aguas para
beberlas?
Deslumbrados
como adornos los ojos
fermentados como olores de cañería
los maleantes se ocultan en la fila de los
poderosos
políticos
con ojos desorbitados en busca
del poder
Tímidas pero fértiles horas
quedaron, quedan en la memoria
tumultos del pensamientos que no cesas en la
noche
se descalabra el sol como hielo esférico
sobre los polos
como
partículas infinitesimales se deshacen los huesos
sobre si mismos , sobre su centro de fuego
sempiterno gira la tierra
un tiempo nuevo…
¿En
donde el tiempo como perdiéndose diluido dentro de enanas blancas como
diamantes?
Agujeros negros bajo el trasfondo de las
cosas
guerreros de muertes cotidianas, estos son
unos
y
guerreros asesinos manipulados por
mentes crueles son otros
¿Adonde irán a parar las cosas?
Trasfondos de agujeros negros
y un sol que se consume como el fuego mismo
que lleva en las entrañas
una dulce melodía no bastara
no bastara para escapar de la ciudad de fuego
Beatriz
Elena ©Derechos reservados
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