GACELA
Una dorada gacela
atraviesa inquieta
y como una ráfaga
cruza
delante de unos ojos…
meridiano sumergido
un tiempo que se rompe
como una hojilla que
cae sin peso y sin dolor
sobre un verano
que desciende
impávido
sobre mi rostro que
se achicharra
y tras la gacela escurridiza
raudo algo va tentando sus manos
como garras
que alarga para atraparla
es un lapidario
cuerpo que se aferra a la vida
quizás por eso avanza
a espaldas
detrás del equilibrio
buscando una ilusión
pero se ha equivocado
en su extravío no
logra discernir
que ha encarrilado en
un error
que desencadena un
infortunio
a sus lomillos suaves sin ardores
con fragilidad de
dientes y dientecillos
ella se defiende y
huye asustada
y mí achicharrada
cara de ojos como desiertos
sin premura lo miran
y veo
como en su desvarío
gira hacia la gacela que ha pasado veloz
sobre un promontorio
de piedras el depredador se rompe
ha roto las
uñas de su destino
queriendo tocar lo
prohibido
y un suspiro de
alivio enternecido
sale de mi pecho
al ver como
no ha logrado mancillar esa inocente gacetilla
pobre ciego en su locura
Se dice
¿qué me ha pasado?
se pregunta
discurre el tiempo
sobre un destino
meridiano de pasos
apresurados
pesares sobre cloacas
frente a ojos con
espejos
llanura de horizontes
gacela que alza el vuelo
mariposa como signo
signando y cegando su
mente
sin angustias queda
ella
y él sin su presa se
ha quedado
y mis ojos de
horizontes lo atraviesan
Impotente lame sus heridas
y mira con ojos
esquinados y con rabia
pero se aleja mirando
sus ojos
los aparta de mí
y una hoja vuelve a
caer en la levedad de tiempo
de un rutinario hacer
sedienta bebo…
siguió cargando en el
lastre de su memoria
la hombría de macho
herido
iluso, mentecato en
su locura
ya no va más con sus
efemérides
misterios de la
naturaleza
quizás cosas
incomprendidas
en fin…
Beatriz Elena Morales
Estrada
Derecho de autor
registrado
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