INFLUJO
Bajo el suave influjo de
la tarde
se aligeran mis pasos…
Dulce son que me alegra
los días
Y en desafío crepuscular
hacia la muerte
bajo su música se alegra
la noche
mientras pájaros
ingrávidos alegran el paisaje
tin, ton, tan, campanas en
lejanía
se escuchan vibrando
acordes
mientras tanto, la densa neblina se posa sobre los ojos
y solo el caminante
inquieto, siente bajo su mirada,
la dulce agonía de la sombra que cae
y mientras en sangres
derramadas
se cubren asfaltadas
calles
y en los seres se cierne
la oscura habitación
si, de no verse desafiando
los caminos
pero a su vez, la suave cortina que es cubierta de luz que
se pone
en infinita lejanía se
extiende alada sobre el ingrávido peregrino
que su vez se grita;
quema, quema, quema herida dolorosa
herida que se va y después
regresa
haciéndole recordar, que
bajo el cielo azul fue arrojado hacia el averno
sí, pero la depositaria
del sol en el cenit
aligera mis pasos, y
mientras…
Mientras sobrevuelan el
cielo pájaros que pintan los colores de la noche
Beatriz Elena reservados © Derechos todos.
Extraído de mi librito
preámbulo para un nuevo amanecer
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