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jueves, 20 de septiembre de 2018

FILOSOFANDO- CON LO PERMANENTE





Publicado por Morales Estrada Beatriz Elena · ·
DIA- LOGOS CON LO PERMANENTE
(PRIMERA PARTE)
Y la mansa paloma se recrea en el más dulce jardín de los deleites y afuera el gavilán espera para devorar los frutos; mas el espíritu os da solo una pequeña prueba de su manjar, porque como ya se dijo; el espíritu va y viene y sopla a donde él quiere; más el otro; dijo también, que para comer el pan más delicado y fresco; hay que trabajar. En el mundo del espíritu hay que trabajar; de manera tal, que quien no trabaja no come…
Y supongo que así debería ser en el mundo de lo cotidiano.
EL ROSTRO Y EL RASTRO DE LO QUE  SUPUESTAMENTE NO SE NO SE HALLA
Bajo el influjo de la tarde que se desplaza ante nuestros ojos, que no dieron cuenta de ella y desamparados en nuestra errónea concepción, frustrados casi; porque ellos buscaron y por más que buscaron; no entraron, no encontraron, y no pudieron develar el misterio y así murieron quizá, despedazados en su interior; no se preguntaron talvez; ¿Pero de dónde venía o viene la penumbra? ¿Qué es lo que nos alumbra? Como ya lo habían hecho muchos. Pero claro, eso no necesariamente tiene que ver con el sol que nos calienta y calienta, recalcitrante en su condición de ser sol y solo sol, un fuego candente, condenado a dar vida y destruirla al mismo tiempo…
Y si, ante nuestra impávida mirada, esta implosión y explosión, va rompiéndose, hasta convertirse en aurora, rocío de la mañana, decantándose furtiva, bajo la sombra y contenida en el tiempo eterno, que no se detiene, su rostro se camufla, hasta hacerse invisible y casi invivible y es ahí, cuando el discípulo grita: Maestro, Maestro, Maestro ¿Cómo has hecho tú para caminar sobres las aguas? Y ese rostro, no ese, que se nos pierde en el transcurrir de nuestras vidas, mientras algo adentro se despeña y empeña y vuestra existencia, existe y se hace en su haber existencial;  eso es bonito, ya que el poeta, le canta en su agonía a ese sentimiento que grita o calla, mientras el solemne se pone y la luna se despeina; es ahí, precisamente ahí; cuando el discípulo, con los ojos semi-cerrados comienza poco a poco a entrever de dónde proviene la penumbra que se le escapa a la mortecina y opaca, que encerrada en su cuarto , casi encorvada no dejaba o deja salir y esto nos lleva quizá a tratar de entender, de comprender , lo que el sentido común nos debería dejar ver…
Por ejemplo en estos días, conversando con una señora, le decía; en términos generales; que vaya, que hay personas por ahí, que son inoficiosas y buscan dañar por cualquier tontería, por ejemplo, dado el caso; no; de que usted tenga un cabello bonito y la señora respondió y una que se acompleja tanto, yo no me lo veo bonito, pero gracias por el cumplido ; no obstante por la conversación, basada en lo cotidiano, y no entraré en detalles acerca de esta; ya que este no es el caso ; se hubiera podido entender perfectamente que no era un cumplido; no era algo particular…
Bueno esto da material para otras cosas; quizá algún lector podría pensar que no me supe explicar; pero no existen personas tontas, solo hay un grado de evolución en transición  en cada ser humano,  que viene y va en  encaminado a llevarnos a lo que es… 😮😌
Aquí podríamos gritar ábrete sésamo, ábrete…
No obstante, la entrada de la cueva no se abrirá, si no conocemos el contexto interno en que está sobrevivió al sortilegio de los sentidos a los devenires del destino; algunas personas no verán las uvas sobre la mesa y no querrán comprender aún, que los manjares exquisitos,   son invisibles y aunque veas,  solo lo aparente; allí de seguro, hay algo más que hilachas…
Y como digo, queridísimo lector; esto no es personal, es general y de lo general, podemos avalar la flor que se halla en el azul; entonces entenderemos tal vez, el sentido de la mujer madre privilegiada, en su más honda entraña y bajo el contorno de sus lágrimas tan hondas, de su sufrimiento casi fatal, hasta hacerse demasiado afortunado, en el solo hecho de señalar con sus manos, con su dedo al cielo…
¿Por qué para qué?
Entonces el maestro responde; no puedo hacer nada por ti ahora, ya que mis bienes están encarcelados, han sido confiscados junto con todos mis discípulos…
Entonces uno que es mayor, grita tengo hambre y tengo sed y dice de sí; aún no he comido lo suficiente…
Y se hace necesario que en la selva, la maleza, la hierba mala sea quitada, para que la herrumbre de viejos castillos, no sea prosperada y el palacio cuál brillante armadura y que se haya oculto; aparezca en todo su esplendor, alumbrando al caminante y entonces, otro grita; es otro grito y es alguien que ha dicho; que en el mundo del espíritu, es necesario trabajar para comer pan.
sí; dice el espíritu, aún hay demasiado yerbajo, alrededor, intentado derruir la casa, cuyo principado baja del cielo y está formando, un ejército de estrellas con armaduras de oro; no caerá la casa , no será una torre derrumbada; antes bien las torres y las cabezas que se alzaron, caerán debajo de sus pies.
Y afuera en el atrio y detrás de la puerta, se deshacen en meloseria los malhechores queriendo entrar; ora aquí, ora allá, pero este es el palacio del rey y él no los dejara entrar; antes bien enviará a sus principales a las siete puertas, que están repartidas y hará que salgan de allí, los malhechores, los que se lograron colar y se ocultaron hasta hacerse invisibles; pero el rey siempre supo de ellos y los hará caer y si no limpian su casa; Él enviará, mandara soldados para que la tumben…
Sin embargo entre los malhechores hay uno, al que le son abiertos los ojos y se da cuenta, que hay esclavos y están junto a los que se dicen, se hacen como dueños y señores y llevan puestas coronas y joyas que no les pertenecen.
Y bajo la cueva, la que está debajo de la entrada a donde no entra en forma el sol; algunos discípulos gritan, suplicando que los bienes del maestro sean liberados y que los ayuden, ya que algunos quieren robarles su tesoro; es decir, lo que le pertenece al maestro; entonces es necesario ahondar más en el asunto y allá en el cielo; una flor se perfila como a punto de morir; pero la flor no puede morir, no muere y entonces la madre con sus ojos en llanto, como agua que discurre, corre y a su vez permanece, con sus ojos profundos de amor llenos y anegados de mar, levanta una de sus manos y señala con sus dedos, muestra está mostrando, abriendo un camino; allá, allá en el infinito, cercano y posible y el nombre del maestro aparece palpable ; Cristo Jesús; Jesús de nazareno, Jesús el cristo y los discípulos siguen gritando y gritando penurias, como almas en pena; es necesario abrir la puerta, para que los discípulos sean liberados y sus lamentaciones se escuchan por doquier ¿Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¿Cuándo podremos salir y el maestro? Dice; yo no puedo hacer nada por ustedes en este momento…
Y las multitudes acuden presurosas, al atrio de una de las siete entradas, porque quieren tomar el tesoro, creen que se encuentra allí, acuden por montones a la fuerza lo tomaremos, se dicen y arriba en el azul, una flor se sigue mostrando; pero no es una flor, es más mucho más ¿Pero y a dónde está  tú tesoro pregunta alguien a las multitudes? ¿Qué han hecho con vuestra gema? Y ellas dicen ¿Tenemos nosotros acaso algún tesoro? Los discípulos susurran; no somos capaces maestro y él les dice; si tuvieran fe como un granito de mostaza…
Él se haya sobre las aguas.
Más acá o más allá del asunto; la casa es tu templo
Hay una iglesia que es universal; es una entrada al reino de los cielos el fruto de esta conocerás…
La flor muere ¿Cómo? La flor no puede morir
Y los discípulos lo inquieren
¿Maestro tú como hiciste para caminar sobre las aguas?
Y entonces uno de ellos dice; dame tú mano, me hundo, tengo miedo, sálvame y él le dice; mira, ese mar que tú ves, solo es una ilusión, un espejismo; tú solo ves es el mundo de la forma; no su esencia, no su sustancia; miedo no tengas, miedo no, ya te lo dije;
que si tuvieras fe…
Entonces alarga su mano y lo toma y alegre este hombre, camina sobre las aguas. Y había una tempestad y las aguas estaban turbulentas. Mucho, demasiado.
Más es incierto el camino de los esclavos; pero aun así; siguen a los malhechores, que se han tomado la casa y caminan por ella,
de un lado a otro y gritan como muchedumbre, de viejas herrumbres. Solo gritan.
¿Pero qué piensas tú qué lees? ¿Qué quién es el discípulo? ¿La mano que escribe y que es usada? Pero qué atrevida ¿Quién te crees que eres? Yo nada. No entiendo; ¡Hum! solo eso; cuando eres nada, quizá veas, la sustancia y la esencia de la cual está hecho el maestro. No huyas, deja de resistir, aplaca tu espíritu, se paciente, espera; pero mientras esperas; mira como El a pintado el sol y la luna, ha construido un arca, y a amontonando la leña, para encender la hoguera… Mientras esperas ¿Qué harás tú? Mira, por favor no te comas las uñas…
Por favor, no te sientas solo; recuerda ser valiente, solo no estás, aunque lo parezca.
¿Y tú, quién te crees que eres? Espera, espera; que aunque te tengan sin cuidado estas cosas ¿No será más bien, qué el llamado es un llamado en general? Recuerda que lo anterior se particulariza, se individualiza es en ti…
Bueno en todos.
Y si un hombre o una mujer, descubre que su casa se está cayendo, se está hundiendo ¿No hará nada para impedirlo? Lo más seguro es que contratará trabajadores para arreglarla; incluso para limpiarla o posiblemente, lo hará el mismo; el mismo se hará cargo; no…
De igual modo, lo harán las mujeres; estas y ellos, se juntaran y harán lo mismo y entonces uno de ellos, querrá ir al desierto, y solo hay un desierto de desiertos, así como solo hay un padre de los padres, y una madre de las madres, solo hay uno, que está por encima de muchos y que volvió del desierto, que pudo trascender las arenas, que regreso, aunque, con la piel tostada por el sol, arañada por las estrellas su espalda, quemado por el fuego; carbonizado el rostro, casi agonizante, quebrado en su fragilidad más honda, aún así, anhelando el agua.
Volvió…
Anhelando el agua, y el agua se convierte en vino y luego se convirtió en sangre; si volvió del desierto, volvió y se sentó, se sentó en la cabeza del universo; se sentó al lado de sus padre, se ciñó el cinturón de la vida ¿No te parece maravilloso? si, pero no lo hizo de cabeza; no, de ninguna manera, no...
Lo hizo sobre sus pies y entonces todo en él; todo lo que había dentro de él, se cristalizó y luego se deshizo, se volvió ceniza y humo,
para sí y sobre si y se convirtió entonces, en la forma suprema; magistral y absoluto permaneció. Y sus ojos absorbieron todo el infinito, todo el verde del mar, y lo que este contenía en su interior.
Sólo él conoció el rostro, el verdadero; la dimensión de este, el claro oscuro permanente y sostuvo entre sus manos el universo, con el cayado del rey.
Y amó y ama la esencia, la sustancia de la forma de las formas, es decir, la que no es, una bagatela de los sentidos; la única que es real, que está más allá del sueño y una vez más, sucumbió al amor de esta, que esta le proporcionaba, bajo las manos particulares y personales del amado, ese, que aunque se halla por doquier; solo de lejos se oye, solo de lejos se ve, se conoce, se siente, se lo siente, como si estuviera entonando una canción, tocando su melodía en su tono más alto, descubriendo los elementales más finos…
Se hace entonces gestor, se hace lo uno y lo permanente y amó, amó, hasta desgarrar sus entrañas, hasta desangrar el abismo de la vida y amo lo universal,  pero se  particulariza  en cada uno de ellos; por lo tanto amó sus individualidades y se hizo asequible, concreto, real; se dejó tocar y multiplicó los panes y los peces y ellos comieron y bebieron; lo oyeron y supieron de él , aunque entre más cerca estaba, entre más entregaba, entre más y más se daba, menos lo conocían y aún sabedores lo negaban…
Pero más y más amaba, amando su finitud, la de ellos; Él se hacía, cada vez más infinito…
¿Y tú? ¿Tú conoces su verdadero rostro?
Entonces bajo las estrellas, lloran lágrimas los discípulos y susurran y lloran, lloran y lloran y entonces en la entrada del huerto de Getsemaní, él les dice, velad, mientras regreso, es que tengo un encuentro con el padre, con el Padre; velad , velad; pero entonces, cansados, exhaustos y negativos, ellos se duermen y regresa, los despierta una vez más y les dice ¿ Acaso han velado mientras ya no estaba? ¿Han cuidado mis espaldas tal y como se los he pedido?
¿Acaso han velado, acaso han visto cómo yo hablaba con el padre? Y los exhortaba y les decía; ¡Despierten¡ ¡Despierten¡ ¡Despierten¡
Es la hora de despertar; ya viene la estrella matutina… Ya pronto el cordero será inmolado; ese es tu trofeo.
Recuerda te dará la llave de la vida y esta será tuya; claro, si eres valiente y no vendes tu alma, por un plato de lentejas, el plato de lentejas, solo dura un segundo, un segundo los aplausos y la gala y la eternidad dura para siempre, para siempre, entonces siempre tendrás hambre, ya nada la saciará. No te duermes, vence todos los desiertos, la tierra y sus honduras, el mundo y su ilusión, el mundo de las formas, su espejismo, el de su mundo.
Sabrás que lo eterno va más allá, de un simple plato de lentejas; de falsos , de vanos halagos y mundanos aplausos, de eso, ya no querrás saber… Yerras al vender tu alma, el verdadero poder, no está en este mundo, el triunfo real y cierto, es el triunfo de Dios sobre todo lo creado e increado…
Es el triunfo del amor, del verdadero amor. Pero no estamos preparados aún para ser árbol.
¿Comprendes? Todo se transforma; se muda la forma del cosmos y su contenido y él les dice, de nuevo les habla; necesario es que vuelvas a nacer ¿Pero cómo es eso? Debes morir ¿Cómo vuelvo a nacer? Debes morir ¿Acaso no se hace la noche y el día y se viste como novia unas veces y otras como oscura dama? No mueres cada noche y al salir el día, vuelves a nacer; pero para ello, para que te des cuenta, es necesario estar despierto: es necesario que conozcas tu casa y arrases con los malhechores y liberes a los esclavos ¿Lo estás tú? ¿ O gritaras en frente al muro de las lamentaciones? 
Gritaras y hartarás a todos y aun así;  gritas, gritarás.
¿Querrás viajar? Y si se te dijera, que el muro de las lamentaciones esta es en tu corazón.
Ya lo sabes, ese rostro del que se habla; no es el sol, ni la luna, ni los planetas, ni las estrellas, ni de las constelaciones; todo eso forma parte de él, pero no es él. ¿Entonces?
Esencia, sustancia, universo, luz, energía, todo eso se halla contenido en la caja de pandora. ¿Prefieres llamarlo así?
POSDATA
El universo o todo eso, son parte de Él y nos acerca a una cierta sabiduría; pero aun así, no tendrás tu recompensa, aun cuando no esperes ninguna, aunque lo dudo y si no sabes, de qué está hecha la forma de las formas, la única, entre las únicas; te lo repito no obtendrás tu recompensa; deberás bajar tu mirada hasta al piso, para entender que arriba de ti, hay uno, que es único, el único real y cierto.
Entonces sabrás, sabrás del hombre de los desiertos y sentirás su sangre corriendo por tus venas…
 Sabrás, que solo él podrá guiarte en el camino trazado por la mano que señala...
Yo Soy
Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright

LA CASA
Arriba está la cabeza
mirando sin mirar la veo
yo muestro ahora la estrella
ahora abro yo la puerta
ahora muestro yo la ventana
yo pongo ahora el tapete
yo pongo ahora la mesa
yo pongo ahora el taburete
el mantel ahora la viste
ahora dos melodías suenan
si, lo sé, solo una permanecerá
ya vienen los invitados
convite de estrellas se viene
y así como la oruga se convierte en mariposa
así está, será transmutada en la hoguera
yo muero ahora en la aurora
hala ella en su último aliento la luz
así mismo el fruto de los polluelos no perecerá

Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright

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