NEVABA
Nevaba
sobre el azul grisáceo de la tarde
nevaba,
en verdad nevaba, sobre la sangre
liquida
de mis
ojos tras mutantes …
Nevaba
sobre el asfalto, de estas calles viejas de transeúntes milenarios
Nevaba…
En
verdad Nevaba, sobre el trémulo palpitar de mi alocado corazón
sobre mi
rostro claro envuelto en sombras
como si
recordaran veladas ausencias
nevaba
sobre el nocturno valle de los muertos
nevaba
sobre la sangre roja
sangre
roja nevaba sobre el paisaje de un desteñido color
y la
nieve me ocultaba la delgadez de un figura de pájaro
nevaba sobre la cóncava sombra de mis ojos
en
verdad nevaba sobre la abertura oculta de mi
rostro
de mi
rostro, que vertía lluvias de un arroyo
cercano
Nevaba,
en verdad nevaba, sobre mis ojeras negras
Y sobre
mis viejos zapatos, que quedaron
empapados, de la nieve que quemaba
Nevaba y
la nieve que caí, me oculta
el verde, verde, que se hallaba perdido,
sobre la rama de un ciprés…
Nevaba,
en verdad nevaba, sobre un valle de ausencias
Nevaba.
Beatriz
Elena Morales Estrada ©
Extraído
de mi librito preámbulo para un nuevo
amanecer 1993
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