Intempestivos con la esperanza
Una hoja movida por el viento eso somos a veces
intempestivos al aire y sin oxigeno para vivir
ya que sentimos que se nos agotan las fuerzas
aún
así, escalamos la montaña y proseguimos
tiene que ser así, no obstante las fuerzas
parecen dejarnos a la vera
se desjarretan nuestros pies, nuestra alma entra
en agobios
A la vera del camino nos detenemos por instantes
como quiera que sea, el camino nos hala
lo queramos o no lo queramos.
En la noche se ponen estrellas
en la noche se depositan las tristezas
o se aposentan sobre la mesita
o el viento quizá las desperdiga
levantando
olores,
que se aposentan en la piel quemándola
apretando el corazón como dolores,
en la mañana se despejan las nubes
y se pone la faz del día
escondiendo ante los haberes
las penas
e infortunios.
Mirando la mirada se alza
porque en lo alto el corazón es levantado
del cielo llegan esperanzas
augurando cosas nuevas
nuevo
rostro, colocando sonrisas en la cara
se ve el sol aclarando el día
y entonces lo eterno manifiesta su alegría
èl pone la alegría que faltaba
Se desaprieta el corazón,
que como talladura quemaba
haciendo cojear las piernas
Levantando la mirada,
las manos se alzan como túnicas
entonces,
hay danzas levando en vientos
para él
él, es mi
dicha y mía hace su alegría
su fuente es irrompible…
Cuando la noche como tiniebla ahogaba
de la mar enfurecida sacó mis piernas
y me
deposito en un lugar seguro
entonces se depositan rostros que parpadean
y en la mañana se hace un verbo nuevo
en dulces
fragancias que no hostigan
cantos nuevos de su rostro emanan
bendito seas…
y aunque
siempre existe el rostro oscuro
la mesa esta servida y él anda entre las nubes
con la mirada puesta sobre de quien le ha llamado
siempre delante y siempre detrás
como
fuerza de nube que se pone
y de mano poderosa que esta atenta.
©Beatriz Elena. Derechos reservados.
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