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martes, 28 de agosto de 2012

El Diálogo De las Dos Ancianas





 El Dialogo de las dos ancianas


Josefina Grajales no era mujer de fantasías ni de ensoñaciones banales, se sentía una persona común y corriente. Su mente quería aclarar el enigma de la vida a través del estudio y de la razón.
Se hallaba en desacuerdo, eso si con la publicidad ideológica con la que el comercio adornaba los edificios, las calles de la ciudad. Las pancartas y afiches politiqueros.
En el caso de la imaginación, del imaginar, a veces entraba en contradicción y  se preguntaba si esta era ajena a la razón.
El caso es que ella aunque era muy joven todavía, pensaba que indudablemente tendrían que existir otras formas de hallar el conocimiento. Esto era más o menos lo que ella discernía; hasta cierto punto una parte de la humanidad jamás  se detendría a pensar, a pensarse atraves de los sueños.
Las elubricaciones  metafísicas de Josefina Grajales aunque buscaban la trascendencia de lo fenoménico, es decir de aquello que estando puesto delante de nuestros ojos, como real era solo apariencia de una cosa , no lo real mismo. Eran cosas que estaban basadas en hechos concretos; empero llega un momento en la vida de Josefina  en que tiene que reconocer lo inverosímil, lo absurdo, como algo que posibilita un camino para entender otras formas del saber.
Una noche, Josefina Grajales, cansada de la rutina del día se acostó  y se quedo profundamente dormida. Se acostó y a eso de la media noche descubrió que a la orilla de su cama y de la manera más palpable se hallaban dos mujeres  ancianas, sentadas en sendas sillas, conversando, ella las miraba, las veía  pero aún con los ojos cerrados Josefina sentía, sabia que ella no las soñaba; al menos no, de manera directa. Ellas solo estaban allí, quizás eran una proyección del inframundo. Una de ellas era de origen alemán, sentadas con confort, las dos viejas amigas parecían acabar de reencontrarse en el tiempo.
Es posible que una brecha de este, las hubiera deslizado dentro de la habitación de Josefina ¿qué se sabrá? Que ahora las escuchaba hablar. El dialogo era de lo mes común, algo que se pude tener a diario en la vida de dos personas. De dos personas reales y comunes. Sin embargo esto no dejaba de ser extraño para josefina que no podía evitar escucharlas, era como si una mano férrea la sostuviera inmovilizándola para que diera cuenta de lo que pasaba.
¿Qué hay qué hacer? Preguntó  la anciana que no venia de ningún país lejano; la vieja alemana respondió; mire lo que hay que hacer es lo siguiente; hay que haber estado casada con un hombre, luego salir vestida completamente de negro y permanecer en la calle todo un día. Mientras hablaban las dos viejas parecían mirar hacia el lecho de Josefina, que se encontraba completamente paralizada, aunque quería moverse, algo se lo impedía, pero sus sentidos estaban muy atentos , no se perdió detalle. No se atrevía o no podía pensar en nada más, solo escuchaba.
Creo que eso es algo muy difícil, respondió la otra; la vieja alemana miro con seriedad el rostro de su amiga y le dijo con firmeza; sobre todo hay que tener ganas, muchas ganas de querer conquistar el nido  de una jovencita. Dicho esto las voces se perdieron en la lejanía, la presencia tan real y palpable de estas dos mujeres se desvaneció en la penumbra de la habitación de Josefina Grajales.
Esta perpleja aún, no atinó en ese momento a detenerse en la aparente simplicidad de esa conversación tan vana y tan rara.
Ella segura estaba eso si, de que  no las soñaba, no al menos de una manera directa, porque se hallaba  entre dormida y esa conexión llego hasta sus oídos; estos personajes estaban en su sueño pero eran  a su vez independientes de ella, de su soñar real.
¿Pero entonces que rayos fue eso? ¿De donde surgieron esas voces?
¿Y esas figuras de esas viejas ricas y bien ataviadas?
Sin duda alguna era una conexión auditiva clara y concisa.

Beatriz Elena Morales Estrada
Extraído de mi obrita Voces De la noche
Publicada por la editorial Lealón, Medellín Antioquia Colombia
Esta obra esta registrada en la unidad administrativa de derecho de autor

lunes, 27 de agosto de 2012

Thot





Thot

En la oscuridad y en medio del sueño surge para el durmiente
  Una visión, es un jinete sobre un  caballo, pero el que duerme,  solo lo ve de espaldas y entonces mira y ve las poderosas y grandes ancas de un  caballo. Una voz que proviene  de algún lugar  se acerca y musita algo al oído del que duerme. Este solo mira y de improviso aparece una plaza, ¡caramba!   Es una plaza de toros, lo extraño es que allí no se ven toros, a lo lejos, alrededor se distinguen formas de lo que parecen ser seres humanos. Ellos observan al estupendo caballo y su jinete.
Este se encuentra ahora en mitad de la plaza. De nuevo alguien se acerca al lecho del que duerme y le dice; estas muy tenso, hay demasiada gente. El durmiente ignora lo que escucha ya que su atención continúa centrada en el jinete que va montado en su caballo. La imagen se hace más nítida, más palpable, si,  ya no hay ninguna duda, al parecer es un gran guerrero el que tenemos allí. Este hombre es de un  estupendo porte, las poderosas ancas de su caballo resplandecen al fulgor de la luz. Se ven entonces unas letras gravadas, la primera es Thot, Thot dios y gran guerrero, la fascinación de esta poderosa presencia parece querer llevar al que sueña a la contemplación de una secreta iniciación.

Beatriz Elena Morales Estrada
Extraído de mi obrita, Voces de la noche
Esta obra esta registrada en la unidad administrativa de derecho de autor.

domingo, 26 de agosto de 2012

Sombras








Sombras

Sombras de agujeros vadean entre las lluvias
Sobre aquel lugar en donde  abandonados fueron
                                  Los amorosos cantos
                   Se extinguieron las voces de los amantes
                            Solo quedaron  flores huérfanas
                     Los lóbregos y pesados ojos sobre los muros
              Y el nudo en la garganta apretando las sienes
                                Los anillos sobre las tejas
                Arrojados con  prontitud y sin ningún tino
                         Promesas rotas entre paredes
                                    Ya ellos se fueron
       Y una lagrima furtiva rodando sobre anegados llantos
     Solo una lluvia callejera vadeando sobre horizontes
            Y los ojos aplastados y ceñidos contra las tejas
                           Placenteras horas idas
      Momentos, los mejores entre ellos de júbilos
            Ahora idos, como gorriones entre los cielos
                 Acaparan mi atención de nuevo esos amores
Secretos de dos que todavía se buscan entre añoranzas
                     Dos que esperan el reencuentro
                        Amores de amores idos
                      La oculta sombra de tu cara
                Y las begonias azules contra el cielo
Ya no se ve a nadie, al parecer solo quedó  un pájaro que canta
              Canta, canta y canta y luego alza el vuelo
                    ¿Quién sabe  hacia  dónde volara?
            Y mientras tanto sombras vadean entre lluvias
        Volverán las azules horas como tornados
         A recorrer plazas y plazoletas
Quizás un verano los encuentre atrapados de nuevo
  En el sueño de un poeta  que los nombra
Se fueron ya esos amores
Entre sombras quedaron
Y la lluvia vadea aún sobre montañas
¿Adonde irían?
¿Qué se sabrá?

Beatriz Elena Morales estrada
Derecho de autor registrado y reseñado

QuiZàS



                                                                   
                                      Quizás

                                                                   
He hablado con  los ojos de la luna

Entonces he pensado en  vos

Y me he dicho

Voy a detener el tiempo

Y voy a encerrar tu recuerdo en estos versos

Aunque no se si nuestra estrella aún alumbre

 He hablado en secreto con los aleros

Y he visto caer la lluvia

También he visto derrumbarse un sueño

Y he visto como la noche se engalana
                                     
   Se viste con sus mejores ropajes
                                   
 Y funda un tiempo de desesperanzas
                                      
Y nada se aviene con mis lágrimas
                                      
   Y mis ropajes de tristezas
                                          
Quizás   te  entretengas
                                 
En las inconstancias de tus amores
                                       
Pero el tiempo  sigue corriendo
                              
Y yo me allego caminando bajo su signo
                 
Más solo en estos versos encierro tus recuerdos
                               
Yo me voy y quizás, solo quizás te detengas
                                           
  Si, a pensar en ello
                          
Más yo otra vez he hablado con las estrellas
                                         
Y la nuestra no aparece ya
                          
Te has ido y sin irte vadeas entre los muros
                              
Más yo de nuevo he visto a la lluvia caer
                                   
Ósculos de cenizas son tus amores
                
Y un tiempo venidero funda el desamparo  de los míos
                                           
Son agravios tus amores
                                 
Más yo he conversado con la noche
                     
Y el viento ha recorrido mis senderos esparciéndolos
                                              
  Ya nada es como antes
                                              
Ya nada es como siempre
                                
Es la senda incomprendida de la vida

Y no se si amanezco con el día

O los días amanecen conmigo

Más yo he hablado  con el poema

Y quizás solo queden de ti las palabras

Que solo encierran tu recuerdo en estos versos



Beatriz Elena Morales Estrada

Todos los derechos de autor reservados y registrados

 

domingo, 12 de agosto de 2012

Si ViErAs








             Si vieras

Si vieras como son las cosas
 Si vieras Arriba como son las cosas
Cuando alzo mi cabeza y miro y nada veo
Si no estas conmigo no disciernen mis sienes
No veo con patencia a la pléyade que busco
Abismo arriba, abismo abajo
Dos luceros los tuyos
Habiendo tanta belleza
Y viéndola no me quedo conforme
Obtusa soy al no verla
Extraño al verla extraño de ti, tu risa

Conjugo con mis manos palabras
Y declino en veremos ya que hay  un faltante
Mi casa vacía, algo aprieta por dentro
Hay un sauce lloroso en mi patio

Y sin enredaderas esta mi cama
Una piedra en mis zapatos no me deja dar pasos
Y titilan estrellas, en la fas más eterna
Con mi cara alzada de un mirar humilde
Y sin embargo son mis manos convocando
Son ellas convocando a la magia

Rostros perdidos
Y yo en el aire trazando líneas
Surcando horizontes mis ojos van
De domingo en domingo en hilachas me visto

Más siendo yo millonaria
Sin ti hay premura en el tiempo
Y un fastidio el hueco de mi cama

Hablo a tu muro y el mío
Solo ecos de voces, ya no estas
Zaherida, mal encarada
Zúas que abandono tan brutal
Yo te abandono ¿me oíste?
Una hartera de días sin ti…
                              
  Beatriz Elena Morales Estrada
Registrada en la unidad administrativa de derecho de autor

El ÀNGEL


 El Ángel

Cechis Narda salió del baño, se puso frente al espejo para peinar y secar su cabello, este le caía largo y claro sobre los hombros,   se le veía un poco ensortijado, termino de secárselo ; luego se retiró un poco para caminar por los alrededores de su casa finca. Su mente la llevo a divagar en recuerdos lejanos, en los que se mezclaban sentimientos de dolor y de nostalgia.
Después de su paseo matinal se dirigió a su salita de estudio y se sentó frente a su mesa de trabajo; entonces se puso a leer un fragmento de una novela que decía así; en su lucha contra el mal, el personaje principal  cuyo nombre es Rafael , le fue enviado un ángel encarnado en una mujer ;pero el ángel sucumbió bajo la mirada , el deseo de sentir hizo presa en ella ,entonces le pide a Rafael del cual se ha enamorado tenazmente que le enseñe a besar , el no acepta porque ve, intuye la distancia que media entre los dos. No obstante el mal ataca de otra manera, cuando el ángel intenta defender a su amado de esa presencia maligna que lo persigue y que lo ataca, queda totalmente sorprendido, porque descubre que ha perdido sus poderes; ¿Cuál es la razón por la que esto ha sucedido?
El amor si bien es una fuerza espiritual por la cual el universo entero es regido; significa también a su vez la encarnación del mal, puesto que conlleva a una perdida irremisible del ser que se parte en dos, que se siente así mismo fragmentado, al poner su anhelo fuera de sí.
En el caso del ángel su parte divina lo humaniza tanto en el deseo de sentir, que parece que queda completamente obnubilado, queda además atrapado entre el abismo del amor y la muerte, que para él,  es caída, descenso horizontal, que lo aprisiona, que lo hunde. En el caso del hombre, del ser humano el amor lejos de ensombrecer su parte divina, la despeja. 


Porque en la fragmentación se hace pleno, empero la dualidad de ambos  lo empuja a su vez al abismo de la muerte. No haya entonces  reposo, porque esta es la medida que lo acerca a ser el mismo como el ángel. De manera tal que tiene que oscilar entre lo uno y lo otro. Ambos el amor y la muerte marchan  paralelos, juntos en el destino de lo humano, de tal forma que parece que fueran dos líneas geométricas que al cruzarse se invirtieran. Tanto la una como la otra contienen toda la desgarradura del hombre de principio a fin; dentro de lo cual todo conlleva a una búsqueda titánica de y por la vida. Pero si   el amor y la muerte son juntamente
Aniquilamiento del ser, siendo a su vez gozosa agonía que parece detenerse inmóvil, inerte pero de lo cual brotan alas que lo llevan a explorar más allá de su espacio, del espacio de su mundo. ¿Entonces  porque el ángel se espanta ante la disminución de sus poderes?


Cechis Narda levanto sus ojos y su mirada paso atraves del ventanal que estaba situado frente a ella y cuyo nivel terminaba junto al piso. Esta tenia colgadas unas cortinas largas de diferentes colores que se veían sobrias; pero se hallaban corridas hacia los lados, de tal manera que la vista era magnifica, el olor fresco de los árboles de pino y de eucalipto invadían el lugar. Más allá hacia lo lejos   se divisaba el techo de la capilla del barrio, hacia el frente, en los techos de los vecinos una cuadrilla de gallinazos imponía su presencia.
Nunca o más en lo diez años que Cechis Narda llevaba de vivir en esos lugares, estas aves, también llamadas  limpiadoras se habían atrevido a profanar el techo de la iglesia, que permanecía impecable.
¿Qué extraño misterio entrañaría aquello? Continúo leyendo; Rafael  meditaba  sobre la vida y sobre la muerte ¿Qué es la muerte? Sera quizás la última sinfonía del ser, el lugar etéreo, espacial en donde por primera y última vez, el velo de la memoria se descubre así mismo como un único lugar hacia donde todas las cosas se desplazan… Pero somos habitantes de un mundo de muerte, en donde empero aún permanecemos, es decir sobrevivimos; será esto porque la permanencia implica, que incluso más allá de toda destrucción existe un equilibrio, una armonía que restablece   las cosas, para que pese a todo la vida continúe.
Pero no, mil veces nooo; grito Rafael en un acto de desesperación, en los que con sus puños golpeaba la pared una y otra vez; porque existe otra muerte más honda, que es abismo de todos los abismos, en donde el alma en su desgarradura final,  entabla una cruenta batalla , en la que no hay ni vencedores ni vencidos…
 Estaba Rafael en esa cima de su angustia, cuando de improviso una presencia maligna,  se introdujo en su recamara e hizo que este se estremeciera de los pies a la cabeza; un frio inundó su cuerpo, la piel se le puso arruzuda, en realidad esa presencia trasmitía unos niveles de energía tan  bajos y al mismo tiempo era algo tan chocante que repugnaba a toda razón y entendimiento. El portador de dicha de energía era un ente tan vil y  rastrero que nunca mostraba su cara, solía atacar a Rafael por la espalda y aprovechaba los momentos en que creía que este se encontraba más desconcentrado. Sin embargo aquel ser tan despreciable poseía  un poder bastante fuerte. Cuando Rafael dormía utilizaba cierto tipo de seducción y de engaños tan sutiles que hacían un hito en la memoria y todo eso para atraparlo. O simplemente con algo parecido a unos dedos, presionaba determinadlos puntos clave en la cabeza   o en el cuerpo de este para adormecerlo y así entrarlo en un profundo sueño.
Tenía innumerables maneras de atacar, bien fuera que Rafael durmiera  o estuviese despierto; su batalla por dominar la mente de Rafael era bastante intensa. ¡Vete!, ¡vete!, yo no te quiero aquí dijo este, al sentirlo. Entonces una carcajada diabólica resonó en el centro de la habitación; pero en ese momento las alas de un ángel divino inundaron ese espacio de inmediato todo se llenó de luz; el arcángel san miguel resplandecía bajo la serenidad de un rostro lleno de amor; su voz no se hizo esperar y dijo así; no lo toques, porque su nombre se halla escrito en el libro de la vida. La risa maléfica se esfumó.
Luego ante la perplejidad de Rafael todo volvió a la normalidad, este se inclinó atónito  y feliz para orar con vehemencia.
Cechis Narda se puso de pie, camino hacia la ventana para mirar con más detenimiento, fue en ese momento cuando se escucharon no uno sino muchos disparos. Abandonó el libro  Cechis y tomó su abrigo, cerro con llave y prendió su viejo jeep, cuando llego al barrio, ya todo había pasado. Al parecer los de la banda del oso, una pandilla grande y asesina se querían tomar el barrio y en medio de esa balacera sin sentido y sin horizonte se encontraban dos pequeños jugando; uno de ellos murió en el acto, el otro pequeño quedó gravemente herido.
El encenillal  era otrora un barrio alegre  y lleno de vida, pero poco a poco había ido decayendo esto a raíz de la violencia tan tenaz que comenzó a azotarlo, la razón era ya, bien conocida por todos. La droga, una plaza de mercado para controlar aún más las adormecidas mentes. Durante algún tiempo las cosas se calmaron, los muchachos del barrio, entre ellos uno que le decían el Alce, tomo la iniciativa, reunió a varios, hablaron con toda la gente para ver si estaban de acuerdo con que ellos cuidaran el barrio, para evitar robos y también cierto tipo de desórdenes; fue así como  surgió la banda de los de abajo. Pero los de arriba eran aún más sanguinarios y ambiciosos en sus alcances. La gente se mostró partidaria del plan  entonces ellos sacaron permiso legal y comenzaron a celar las calles. Los sábados cobraban, pero no exigían, sino que las personas les colaboran con lo que podían, en cierta forma muchos hombres viejos o jóvenes resultaron beneficiados pues encontraron una fuente de trabajo, aunque con un ingreso muy bajo y con el tiempo muchos de ellos desaparecieron en esta cruenta guerra que todavía continúa.
Cierto día se rego la voz de que al Alce lo habían amenazado los de la banda del oso. le dijeron que tenía que dejar de cuidar el encenillal o que si no se las tendría que ver con ellos; entonces por un tiempo dejaron la celada y luego la volvieron a retomar; fue así como el Alce se descuidó y en cierta ocasión se hallaba con su hermana tanqueando su motocicleta , los del oso que de alguna manera se dieron cuenta en donde estaba , apenas lo vieron desprotegido lo atacaron; primero le pegaron varios tiros a ella que la dejaron muda de por vida , a él con un solo tiro bastó para darle muerte.

El objetivo de la banda de los del  oso parecía haberse cumplido en cierta forma; ellos  querían cobrar bastante dinero en la celada y aparte pues tener el control; A los ocho días y después de la muerte del Alce empezaron  a aparecer unas caras todas raras, decían que ellos eran los nuevos celadores; según se contaba era que tocaban las puertas de las casas  y que decían que si no les pagaban, atracaban todo negocios a lo que fuera. La misma Cechis se topó con uno de ellos,  era un hombre joven entre  los dieciocho y los veinte años pero con una cara bastante tenebrosa, fue  cuando le pareció descubrir el rostro de la muerte porque la  vio encarnada en las facciones del muchacho, en esa mirada impávida, ajena al más mínimo gesto de amabilidad. Cechis era veterinaria aunque se dedicaba a su vez a otras actividades.
  Luz Elena  en cuanto la vio, le pidió el favor de que arrimara  hasta su casa  para revisar a un perrito negro de mirada profunda y triste que se llamaba You. Ella accedió, la casa era humilde, pero bien organizada, un niñito se hallaba sentado en el suelo comiéndose un pedacito de carne frita con un poquito de arroz y una taza de agua de panela. Examinó  al perrito  y le receto vitaminas.
Salió y se montó en su jet poniéndolo  en marcha y se dirigió al centro para buscar la dirección que su amigo Luis  le había dado. Luego que hubo guardado su carro en un parqueadero caminó  por las calles hasta que llegó  a un moderno  edificio, le preguntó al portero cual era la oficina del señor x, porque deseaba que le restaurara  una fotografía de su padre. Subió  los escalones, en la oficina mencionada se encontraban tres hombres; uno de ellos se quedó  mirándola, se levantó de su sitio y la invitó a entrar, fue entonces cuando reconoció  Jaime Saldarriaga, hombre  que conoció  en tiempos en que ella era una muchacha. Solo que al verlo después de mucho tiempo.  Tuvo una extraña sensación, era como si algo en él permaneciera
Inmóvil,  detenido, esto no era posible que fuera así; su rostro no denotaba una vejez…


Lo que sí, le noto era que estaba un poco más gordito, más bonachón. A el mismo iba a preguntarle en donde podía encontrase al señor Jaime S. Aunque su cara la sentía conocida, no lo reconoció, al verlo; todo fue tan rápido   que de inmediato se vio sentada en su sitio de trabajo; era retocador de imágenes fotográficas, después de un largo rato  de platica   sobre los viejos tiempos ,Jaime era mucho mayor que ella pensó y  se encaminó hacia la iglesia de san Ignacio. Se sentó en un parquecito, todo parecía tranquilo, solo el cielo deslumbrante habíase tornado oscuro, algunos pájaros  cantaban en medio del ruido citadino y más allá los carros avanzaban, mientras los truenos y los rayos avivaban el aire de la ciudad.
Medellín se mira todavía como una ciudad tranquila, calmada, a su lado izquierdo, como a la tercera banca, conversaban confidencialmente dos ladronzuelos. En ese instante gruesas gotas comenzaron a caer, un viento feroz se hizo tangible. Todo, todo indicaba el movimiento incansable de la naturaleza  en su fluir hacia las cosas. El olor a marihuana que dejaron dos hombres al pasar, penetró las narices de Cechis, instintivamente se levantó, se puso a andar con rumbo al parque san Antonio. Las gotas de agua pronto se convirtieron en una  negra tormenta. La ciudad hecha de grandes edificios y al mismo tiempo rodeada de montañas parecía trascurrir  a un ritmo en apariencia natural. De improviso los rayos incendiaron temerariamente  los techos, las torres de los edificios, las avenidas, las calles.
Cechis se sintió atrapada en medio de la tormenta pero ya no se podía escapar, fuertes gotas caían con furia, golpeando el pavimento, haciendo que cada vez fuera mayor el estruendo; un pavor helado penetró por sus huesos, miró alrededor a lo lejos alcanzó a mirar esa escultura, ese enorme pájaro de Botero que de una manera terca quería  imponer  su presencia, para recordarnos lo acontecido años atrás.
Y pese a semejante temporal unos niños jugaban  balón; un muchacho con tan solo una pantaloneta puesta estaba  trotando, corriendo bajo la lluvia en pleno parque, y los demás permanecían  arrinconados, extraños, pero juntos entrelazados a sus pensamientos, algunos miraban sin ver.
La otra gorda sensual, impúdica, de cara al cielo, parecía querer desafiar los tiempos, bajo una pasmosa serenidad que aplastaba corazones, en esa hora todo los rostros  y las cosas inermes pareciera se juntaran en una sola; Que imponente y prodigiosa es la naturaleza.
El eco cercano y lejano de un trueno  retumbó en medio de la tempestad, para dar paso al recuerdo de tantos corazones de tantas alegrías, de tantos cuerpos que fueron mutilados inexorablemente por unas manos despiadadas.
Al atardecer regresó de nuevo a su casa, se preparó algo liviano para comer, después se paseó largo rato por el jardín y lentamente subió las escaleras, se introdujo en la casa y se sentó en frente de su mesita de trabajo y trabajo y escribió largas horas hasta el amanecer; sin darse cuenta sus ojos se cerraron y por el cansancio su boca se quedó entreabierta, sin embargo después de un largo, larguísimo trecho ya entre dormida Cechis escuchó  con toda certeza una música que irrumpió en medió del silencio , aquello era sencillamente majestuoso. Era todo un concierto, eran voces de ángeles, de arcángeles. Estas voces descendían desde el lugar en donde se siente y se sabe con toda certeza que Dios habita. Por lo menos así lo sintió ella.-
Cechis que ya tenía la boca cerrada y la mente abierta, alerta, vibraba con tal intensidad, que dentro de su pecho una paloma parecía desplegar sus alas. Escuchaba una y otra vez sintiendo una sonoridad que elevaba su alma el lenguaje más total, único.
El cielo de Dios abrió sus puertas auditivas aquel amanecer y traspasó el alma de Cechis.
Cechis, Cechis, llamó  una voz que provenía de  afuera, sin darse demasiada prisa, para no perder el exquisito gusto de la música,  se levantó y por la ventana le arrojó las llaves a su amigo; entre silbidos y risas alegres esté ascendió las escaleras que lo separaban de ella. Después de la almuerzo y de un largo descanso, él le dijo; se bien que estas escribiendo una novela, así que vamos al jardín para que me leas algo sobre eso. Esta acepto con un gesto de cabeza y salieron. Rafael se hallaba ahora de pie, hablaba en un tono suave. Sé que tú eres un visitante celeste, un ángel enviado para ayudarme a combatir el mal, tu,  eres de la jerarquía del gran Miguel Arcángel. De manera pues que no temas. Sé que hallaras la manera de recobrar tus poderes. Mis poderes no me preocupan tanto, como el hecho de no haber podido ayudarte, se sin embargo que Dios ha dotado tu mente con una fuerza prodigiosa, hace veinte años en el ciclo humano que el ente del mal te persigue para dominarte y poseerte, para lograr un dominio sobre tu alma y a pesar de que has estado solo, no le has permitido que lo logre ; cierto ha sido así  y aunque han sido unas batallas  terribles aún me hallo en pie, pero si no fuera por la fuerza que puso Dios en mi ser y si de mis alas no hubieran brotado las alas para encontrar el prodigio que fue me dado jamás lo hubiera logrado.
Pero ahora hablemos de ti y Vamos sé,  que tu horror proviene del conocimiento de que siendo un Ángel , cuya divinidad esta puesta en Dios, hayas polarizado sin darte cuenta  esa parte oscura, que al mismo tiempo combatías, incluso más que yo sabes, que el mal siendo uno se manifiesta de muchas maneras.
Tanto tu como yo podemos elegir en ser lo uno o lo otro, ya que en el abismo del amor y de la muerte  esta puesta toda esperanza, todo nuestro último aliento. Tal vez,  ambos son principios que nos guíen a buscar esa fuente primigenia, por la cual la vida permanece  y está más allá de toda destrucción.  El ángel o Matilde que así se llamaba no respondió; se reclinó en un viejo diván de madera, su cabellera larga y ensortijada se desparramó sobre su rostro hasta ocultarlo,  sabía bien que ella no tenía elección, pues aunque eligiera lo uno o  lo otro siempre permanecería en un estadio intermedio…
Rafael sintió en el aire su vacío, el vacío de ella; porque a veces el silencio es un vacío de nada
  


Pero no pudo ver la nada de ella ya que si la hubiese visto habría caído exhausto, espantado ante la belleza sin fin del amor que allí bullía, pero que al mismo tiempo descendía hasta las oscuridades  más profundidades, en una lucha sin igual para lograr de nuevo el gozoso equilibrio de la vida. Al ver su silencio se preguntó  ¿Seria qué sus palabras solo fueron un silencio que se desvanece?  ¿Espuma de rio que se  aleja y se pierde? No,  la palabra no puede ser efímera mariposa alada, vaho de humo ceniza que se extingue; quizás en el silencio la palabra recobre su antigua y primitiva verdad. Entonces al ver ella su desesperación, le dijo mientras en mi persista este amor por ti, permaneceré  no en el vacío de la nada, sino  en el abismo de la muerte… Pero aún hay algo más terrible que eso y es la renuncia, ya que eso implica un horror más grande todavía.  Es cierto dijo  Luis interrumpiendo a Cechis Narda, que se le quedó mirando fijamente; al renunciar ella a su amor se vería abocada a un abismo mayor. Claro dijo Cechis, con alegría, al sentir el interés del su amigo; en verdad es un abismo demasiado hondo lo  que la separa a ella de él.
¿Pero cuéntame cómo van las cosas en el barrio de abajo? No, ahora las cosas están calmadas; pero es triste mirar como todas esas peleas entre bandas están acabando con la inocencia y la vida de tantas gentes buenas.
Luis se quedó pensativo y al fin exclamó; todo eso es una  consecuencia  de un enorme vacío social y económico en una guerra en la que los valores reales del ser se han ido desplazando hasta quedar convertidos en simples formas u objetos inacabados. Además esta guerra que se vive en este país, genera un cierto marginamiento, dentro de lo  cual los unos excluyen a los otros; eso se da tanto en la política como en las religiones.
 Creo que el caos nos está sumergiendo cada vez más en un pozo profundo.


Ahora al parecer estamos en el infierno, porque no hay peor infierno que las oscuridades del hombre, del ser humano, cualesquiera que estas sean. Por ellas el hombre se hace bestia o se hace ángel; si dijo Luis, cuando la razón se ha extraviado y el conocimiento no  se ha obtenido,  la degradación humana se hace bastante notoria. Hablas del conocimiento moral y espiritual, porque tú sabes que la ciencia ya tiene lo suyo. Es cierto, pero no siempre ese conocimiento ayuda a la sociedad o a los individuos a un entendimiento real de su propio ser. Es obvio que la ciencia lo explica dese su cobertura genética, empero eso no ayuda a que los seres, los individuos tengan una mejor convivencia. Ella que lo escuchaba atentamente, dijo; es interesante lo que dices, pero además está el hecho de que la riqueza cuyo origen es de todos y para todo está muy mal distribuida. ¡Ummju!  Acertó a mover la cabeza Luis.
Después de una pauta Cechis, dijo de nuevo ¿Sabías qué los animales suelen ser odiosos  al igual que algunos de nosotros? ¿A qué te refieres? Cuando un ser humano le coge odio a otro, bien sea porque no le gusta, le tiene envidia u otro motivo, hace todo lo posible para destruirlo. Lo mismo pasa con ellos, por ejemplo mira allá ese potrero pastan tres vacas, mira esa negra, la que tiene unas pintas blancas; ¿la ves?  Le hace la guerra a esa vaquita más joven, mira como la cachonea  y no la deja comer, la empuja y mientras la otra permanece indiferente. Y esto suele pasar todos los días.
Luis muy serio afirmo; sin duda los animales al igual que el hombre tienen cierto tipo de comportamientos  parecidos, más no iguales.
Soltó ella en carcajadas, muerta de la risa, al ver la actitud de él y  ya luego dijo, pero el hombre según como se está comportando actúa peor que un animal irracional. Deja eso ya, sabemos que la codicia y el egoísmo sin límites son una de las cosas que acarrea aún más este deterioro social. Las leyes que nos gobiernan son las de desear tenerlo todo, de querer conseguirlo todo, no importando los medios. Dinero fácil. La miro y ella estaba llena de silencio, sus ojos claros resplandecían al fulgor de la luz del atardecer que ya se extinguía. De repente dentro suyo algo comenzó a vibrar, como si lentamente de los cielos, de las copas celestes, de todas las estrellas, de todos los efluvios atmosféricos, de las copas de las arboles, del canto de las aves, de todas las cosas se fuera desplazando una música que recogía todo su sonido en el alma de Cechis; una música que la traspasaba y bullía desde el fondo de su propio ser desde su más íntimo  secreto hacia la divinidad indecible y callada de la vida. Era tan intenso lo que sentía, que ya no le fue posible pronunciar más palabras.
Matilde descubrió su rostro se levantó y fue hacia la ventana, se inclinó  bajo su cabeza y comenzó a orar en profundo silencio.
Rafael la observaba pero no notó, como el arcángel san Miguel se había hecho al lado de esta. Solo veía  como sus alas  se desplegaban fuertes, delicadas y vio,  pero  no con sus ojos  como el vacío de ella se poblaba, se recubría de sonidos, que iban más allá de las imágenes y de las palabras, era tan inmenso  y vibratorio ese sonido que poco a poco se fue fundiendo con el ángel en una totalidad, en la que las sombras se disiparon, hasta dejar al descubierto solo el resplandor etéreo y profundo del alma. 
Rafael sintió como las alas de ella lo cubrían y poco a poco se elevó pleno del más intenso amor.

Fin

Beatriz Elena Morales Estrada
Esta historia está tomada de mi librito Voces De La Noche
Publicado por la editorial Lealon, Medellín Colombia
Derecho de autor registrado en la unidad administrativa de… 

Publicado por Poetisa y escritora Colombiana; Beatriz Elena Morales Estrada en 16:15





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Beatriz Elena Morales Estrada
Esta historia esta tomada de mi librito Voces De La Noche
Publicado por la editorial Lealón, Medellín Colombia
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